CHETUMAL, Q. ROO.- El secretario de la Contraloría del Estado, Rafael del Pozo Dergal, dijo desconocer si las fotos sobre los supuestos privilegios de Mauricio Góngora Escalante en la cárcel de Playa del Carmen son verdaderas o no, pues él solo supervisa al Poder Ejecutivo. Para las demás instancias hay otros 18 contralores y eso le corresponde a quien evalúe las medidas cautelares, aunque concordó en que sí debe averiguarse la autenticidad de las mismas y cómo se encuentra el ex funcionario.
“La Contraloría no es la Contraloría de todo el estado, sino del Ejecutivo; desconozco si es cierto o no, porque no tengo acceso a esa información; somos 19 contralores y cada uno tiene un ámbito de competencia específico; habría que ver con los responsables de las medidas cautelares de este caso, porque entiendo que es prisión preventiva, para ver qué está pasando”, señaló en entrevista.
Por otro lado, habló de los retos que enfrenta la dependencia a su cargo para este 2019.
Los tres objetivos de 2019 son la consolidación del proceso de responsabilidades, es decir que ataquemos la impunidad y que ningún acto se quede sin una sanción; el otro reto es el más relevante y tiene que ver con la posibilidad de mejorar los trámites y servicios. El tercer reto es transparentar a partir de las plataformas digitales”, expresó.
Algunos de los procesos que quieren se den a través de las plataformas digitales serían el de contrataciones públicas y de asignación de obras, y además de avanzar en comisiones abiertas, en publicidad oficial y otras.
En cuanto al combate a la corrupción, rubro en el que Quintana Roo llegó a estar en el último lugar, Del Pozo Dergal establece que en la medida que se avance el proceso de digitalización y se mejoren los puntos de contacto, que por discrecionalidad a veces retardan trámites y que te piden el favor, será menor la corrupción.
El secretario indica que en percepción ya se estaba en el 28 de 32 y que es de hace casi dos años. Y opina que no solo el estado ha avanzado, sino todo el país.
“El pendiente más grande ya no es la corrupción en sí, que es la consecuencia, sino la impunidad”, sentencia.
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