¡A la basura! Estos programas no tienen ninguna trascendencia, fueron electoreros absolutamente y no serán retomados por este gobierno: Julián Ricalde
CANCÚN, Q. ROO.- El emblemático programa del gobierno de Roberto Borge, “Reciclando basura por Alimentos”, tendrá como destino, literalmente, “la basura”.
El titular de la Secretaría de Desarrollo Social e Indígena (Sedasi), Julián Ricalde, adelantó que, junto con el denominado “Brigadas del Bienestar”, el programa que empleó a ciudadanos de escasos recursos como pepenadores, a cambio de despensas y servicios, desaparecerá.
“¡A la basura! Estos programas no tienen ninguna trascendencia, fueron electoreros absolutamente y no serán retomados por este gobierno. Habrá programas trascendentales, no para justificar una oficina en cosas que no existen. Son programas que no tenían ni esencia, ni sustancia y además tramposos”, declaró el funcionario.
El programa “Reciclando basura por alimentos” consistía en intercambiar residuos sólidos por “beto bonos”, que se canjeaban en el “Mercado del Bienestar”, por productos de la canasta básica o servicios diversos.
Entre dichos servicios estaban el de peluquería, pruebas para la detección oportuna de enfermedades como diabetes, hipertensión arterial, pérdida de visión, obesidad; asesorías jurídicas, psicológicas, orientación nutricional y entrega de medicamentos enlistados en el cuadro básico.
Esta iniciativa, insignia del gobierno borgista, se contraponía con las estrategias internacionales y nacionales, consistentes en no generar más basura. Su base era –por el contrario– acumular residuos para poderlos intercambiar por alimentos o servicios que el gobierno está obligado a proporcionar o gestionar.
“En principio, es una Secretaría que fueron desguazando, desbaratando, quitándole la posibilidad de que realmente sea la punta de lanza del desarrollo social del estado”
En entrevista con Luces del Siglo, Ricalde Magaña dijo que a poco más de un mes de haber entrado en funciones como titular de la Sedasi, ha detectado anomalías en el manejo de recursos para ese y otros programas sociales –los cuales se están documentando para dar pie a las demandas correspondientes– sin contar con que la dependencia fue prácticamente “desmantelada”.
“En principio, es una Secretaría que fueron desguazando, desbaratando, quitándole la posibilidad de que realmente sea la punta de lanza del desarrollo social del estado. Hay una ley, un reglamento, una Ley de Desarrollo Social, pero finalmente no se conformó el sistema estatal, no se conforman las comisiones y se le quitan los recursos, no es ejecutora.
“Es decir, la disminuyeron a su mínima capacidad. Solo le dejaron dos programas. Sus programas emblemáticos de Basura por Alimentos y Brigadas del Bienestar y, ninguno de los dos los ejecutaron ahí. Es decir, pegaron el recurso nada más y lo justificaron no sé dónde, o sea, te ponen en el presupuesto ese rubro, pero tú no lo ejecutas”, declaró.
El funcionario detalló que encontraron aspectos “ridículos”, como un Departamento de Infraestructura “que no construye nada” o un Departamento de Supervisión, “que no supervisa nada, porque dejaron de hacer obras”. Tan sólo durante el 2016 no existen registros sobre la ejecución de alguna obra, dijo.
“Hay que sacar a esa dependencia del marasmo (sic); hacer realmente el Sistema de Desarrollo Estatal, la Comisión de Desarrollo estatal; estar en colaboración con el Coneval y ser el eje articulador, la cabeza de sector, porque Desarrollo Social es Educación, Salud, Vivienda, Grupos Vulnerables… es muy amplio el Desarrollo Social y no está funcionando.
EL RETO
“Vamos a echar a andar programas importantes, que ya anunciará el gobernador. Programas importantes, de trascendencia y sobre todo que impacten en los índices para que realmente podamos tener avances en las evaluaciones del Coneval”, manifestó.
Ricalde Magaña subrayó que se deben diseñar programas acertivos, con pocos recursos, toda vez que se advierten recortes “brutales” arriba del 50 por ciento en materia federal, en materia de Desarrollo Social.
“La CDI es la que provee de recursos a Sedesi, en la parte de asuntos indígenas; el techo presupuestal del 2016 fue de 198 millones de pesos; los recortes lo llevaron a 68 millones. Es decir, quizá el 70 por ciento de recorte.
“Para este año el techo presupuestal es de 73 millones de pesos; el gobernador estar haciendo un esfuerzo importante por tener más recursos, pero la lógica es que la CDI ha disminuido brutalmente sus recursos. De siete mil 500 millones de pesos que tuvo en 2016, se va a dos mil 700 millones de pesos a nivel federal”, resaltó.
Otro de los hallazgos estriba en un adeudo de 13 millones de pesos a Diconsa, por el suministro de leche, que se entregó precisamente como parte del programa de “Reciclando Basura por Alimentos”.
El tema reunirá en los próximos días a Ricalde con el titular de Diconsa, Mario Castro.
Fuente: Luces del Siglo
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