CANCÚN, Q. ROO.- Roberto Cintrón Gómez, presidente de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, confirmó que el sector se sorprendió y decepcionó luego de que el jefe del Ejecutivo federal, Andrés Manuel López Obrador, minimizara el problema del sargazo, pero la reacción fue de unidad y muchas manos se levantaron y dijeron:
“Discúlpeme, señor presidente, sí es un tema muy grave, usted trae otros datos y lo están mal informando”.
“Para los empresarios hoteleros lo que dijo fue una gran sorpresa porque llevamos años, no meses, lidiando con el sargazo, que hemos ido escalando en la medida de las posibilidades. Fuimos, incluso, a la Organización de las Naciones Unidas a exponer el Protocolo de Puerto Morelos y la problemática y gracias a eso aquí está el embajador de Barbados, quien preside en la ONU los temas ambientales del Caribe”, detalló.
Entrevistado previo al comienzo del encuentro internacional sobre el sargazo, dijo que quizá el afán de minimizar el problema fue porque se trata de un asunto 100 por ciento turístico, “pero no era la forma”.
“Si su idea era que no se hablara más de lo que ya se está hablando del sargazo, resultó peor porque es un tema grave, que requiere atención”, añadió.
Si hubiera dicho que estaba consciente del problema y que por eso ya se está atendiendo, que pidió a la Marina que continúe los trabajos y los planes a corto, mediano y largo plazo, habría sido muy distinto, el mensaje habría sido otro y los medios nacionales e internacionales no lo habrían atraído nuevamente”, expresó.
Sin embargo, el desinterés del gobierno federal por el tema resultó evidente, pues al encuentro, fuera de un par de senadores y diputados, no asistió ningún miembro del gabinete, como se anunció originalmente el mes pasado, cuando se programó el evento en primera instancia.
El dirigente señaló que el presidente es un hombre que escucha y confía en que lo hará y caerá en la cuenta de la magnitud del problema. “Entonces vendrán otras acciones”.
Sobre lo ocurrido en Mahahual, donde se anunció el cierre de algunos hoteles y restaurantes debido a que el turismo ha dejado de llegar a consecuencia del sargazo, dijo que hay lugares en los que, desafortunadamente, el alga golpea con mucha intensidad y no se dan abasto la mano de obra ni la maquinaria.
“Si por desgracia se tiene que tomar la decisión de cerrar temporalmente con el propósito de no seguir gastando, de no seguir invirtiendo en la limpieza sin recibir ingresos, son medidas que se tienen que tomar y que jamás se habían visto en ningún punto de Quintana Roo”, agregó.
Aquí no tenemos conocimiento de algún cierre de hotel. Algunos restaurantes, sobre todo en la zona sur, que están frente al mar, tomaron esa decisión de manera temporal por el mal olor del alga en descomposición, añadió.
Por otro lado, anunció que en julio, primer mes de la temporada de verano, se espera una ocupación del 80-82, ligeramente por debajo del 2018, pero a costa de bajar las tarifas entre 15 y 25 por ciento para compensar la pérdida que se tenía en las reservaciones, de aproximadamente 20 por ciento por debajo del mismo mes del año pasado.
Hubo mucho nerviosismo en el sector conforme se acercaba la temporada de julio y agosto y por eso bajaron las tarifas. La medida dio resultado porque vamos a traer turismo, pero con un alto costo porque tuvimos que bajar las tarifas, lo que implica un menor ingreso y, además, traemos el gasto de la limpieza de las playas.
Sin embargo, consideró que “la prueba de fuego para el destino” serán los meses de septiembre, octubre y noviembre.
“Gravedad del problema depende de lo que a cada quien le cueste”
Para el empresario Isaac Hamui Abadi el problema del sargazo “es gravísimo” si se considera que cada mes gasta 600 mil pesos en la limpieza del área del muelle de cruceros de Mahahual, del cual es concesionario, dinero que no estaba previsto en su presupuesto de operación.
Entrevistado en el marco del Encuentro de Alto Nivel para la Atención del Sargazo en el Gran Caribe, efectuado en el hotel Moon Palace, señaló que la gravedad del problema depende de lo que a cada quien le cueste. “A muchos no les duele porque creen que es fácil que se mueva”.
A mí me cuesta mucho limpiar el sargazo, por eso comparto la idea de que hay que pararlo en el mar, donde no nos cueste tanto. Ya en tierra cuesta más trabajo recogerlo “de poquito en poquito”, que si lo recogemos en el mar y lo trituramos, apuntó.
En ese sentido, comentó que comparte la propuesta de recogerlo en el mar, sobre todo si se considera que una mancha de sargazo crece cada día que pasa en el mar.
Además, señaló que no hay manera de medir la cantidad de sargazo que se retira de la playa porque, evidentemente, no tiene el mismo peso húmedo que seco. En todo caso, se tendría que calcular por metros cúbicos, pero se tiene el mismo problema.
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