Hace 11 años hubo un entrenamiento del FC Barcelona que no fue el mejor para Lionel Messi en el sentido anímico. El astro, considerado como uno de los mejores futbolistas de la historia, fue reprendido por uno de sus compañeros de equipo en aquel entonces: el mexicano Rafael Márquez.
¿El motivo? Messi no soltaba el balón. Y aunque el reclamo no le gustó nada, fue el entrenador Pep Guardiola quien tuvo que intervenir para hacerle sentar cabeza.
Fueron separados y, posteriormente, Pep Guardiola se acercó a la estrella sudamericana, pero no pudo tranquilizarlo en una primera instancia, así que tuvo que intervenir de nueva cuenta.
Márquez, por su parte, se quedó en otro extremo y únicamente miraba el “regaño” de Pep hacia su compañero. ¡Aquí el video de lo sucedido! ¿Lo recordaban?
En crisis
Era la pretemporada 2008/2009. El Barcelona se encontraba en medio de una profunda renovación. La pasada había sido la última temporada de grandes figuras como Ronaldinho, Deco y Giovanni van Bronckhorst.
Sin embargo, pronto dejaron sus diferencias y con el tiempo se convirtieron en grandes compañeros. Se reencontraron años después en partidos entre selecciones e incluso en un León vs. Barcelona.
La era Frank Rijkaard había llegado a su fin y ahora eran los tiempos de Guardiola. El Camp Nou acababa de cumplir medio siglo.
El cuadro catalán estaba conformado por figuras como Thierry Henry, Dani Alves, Gerard Piqué, Xavi, Iniesta, Víctor Valdés, Eric Abidal, Márquez, etc.
Messi, por su cuenta, ya había replicado los dos goles más famosos de Diego Maradona. Ya había sido nominado al Balón de Oro. Y sobre todo, ya se había consagrado en la élite como uno de los mejores del mundo.
Aún comenzaba la historia
Sin embargo, a nivel de cancha y vestidores, el astro aún no pesaba lo suficiente. Al menos no para ponerse a discutir con jugadores de más experiencia como Márquez, que ya acumulaba 8 años y más de 200 partidos con el Barcelona. El mexicano fue quien relató la anécdota:
Era un partidito de siete contra siete y Leo estaba en mi equipo. Se llevaba a uno, se llevaba a dos, se llevaba a tres, se regresaba y volvía a llevarse a los mismos. No soltaba la pelota, hasta que en un momento yo sí le dije: ‘¡Leo, suéltala!’. Se enfadó tanto que me empezó a gritar y empezamos a discutir, hasta que Pep le puso un estate quieto. Fue directamente hacia Leo porque yo tenía más jerarquía en el equipo”.
La prensa española no le despegaba ningún ojo a Messi, por lo que las cámaras captaron cuando Guardiola separó a los dos jugadores y se llevó al argentino a un extremo de la cancha.
El entrenador no pudo tranquilizar a Leo en una primera instancia. Tuvo que intervenir en dos ocasiones y con un tono severo para poder apaciguar los ánimos del argentino.
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