La pequeña Paulette, de cuatro años de edad, había sido reportada como desaparecida por sus padres el 22 de marzo de 2010.
Sin embargo, fue encontrada después de 10 días debajo del colchón en su propia habitación. Eran la noche del 21 de marzo de 2010.
Paulette, quien vivía con su familia en un departamento ubicado en una zona exclusiva del municipio de Huixquilucan, Estado de México, había llegado a su casa junto a su hermana y su padre, Mauricio Gebara.
Ella y su hermana fueron recibidas por su madre, Lisett Farah, quien las llevó a dormir a sus habitaciones como cualquier otra noche.
Sin embargo, a la mañana siguiente, cuando Erika, la nana de la niña, fue a despertarla para llevarla a la escuela, notó que la pequeña no estaba en su cama.
Inmediatamente dio aviso a los padres y comenzaron a buscar a Paulette en la vivienda y el edificio. A su vez, se dio aviso a las autoridades mexiquenses y el caso llegó a los oídos del titular de la Procuraduría General de Justicia del Estado de México, Alberto Bazbaz.
La familia de la niña emprendió una intensa búsqueda para localizarla. Colocaron pancartas con fotos e información de ella, quien además padecía una discapacidad.
Menos de 24 horas después de reportarse su desaparición, acudieron a la vivienda de la familia elementos de la PGJ mexiquense. Revisaron el departamento, la habitación de la niña, pero no encontraron nada. Sería la primera de cinco veces que revisaban la vivienda.
Al día siguiente, los padres acudieron a las instalaciones de la Procuraduría, donde estuvieron algunas horas para luego ser trasladados a un hotel, donde permanecerían en cumplimiento de su arraigo.
Ese mismo día, agentes de la PGJ acudieron por quinta vez al lugar.
Fue hasta la media noche de ese 30 de marzo, después de un apagón en el edifico, que los peritos encontraron el cadáver debajo del colchón de su propia cama.
El cuerpo de Paulette fue encontrado después de 10 días en su propia habitación, por donde habían pasado familiares, reporteros, agentes e incluso perros entrenados.
Sin que nadie hubiese notado hasta entonces la presencia del cuerpo hasta que el olor a putrefacción supuestamente lo evidenció.
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