En 2013 Eugenio Derbez presentó su ópera prima “No se aceptan devoluciones”, considerada la cinta mexicana más taquillera de la historia y desde entonces a la fecha su carrera (que en México se remonta hasta los años 70) ha seguido creciendo en el extranjero.
Pero diez años antes del estreno de su ópera prima todo era diferente para el actor y cuando llegó a Estados Unidos el panorama pintaba para mal.
El actor mexicano compartió con Omar Chaparro como parte de su programa “Tu-night” cómo fue hacer su primer monólogo en Los Ángeles, California y cómo fue confundido con un vagabundo y drogadicto.
“Era un sueño que yo tenía de toda la vida, le había dicho a mi mamá ‘yo quiero llegar a hacer películas en Hollywood’ porque me gustaba mucho ir a ver películas gringas que era lo que más se veía en ese entonces”, recordó.
Fue en 2002, semanas después de que su mamá Silvia Derbez (actriz del cine de oro mexicano) murió que le llamó un representante y lo invitó a ir a Los Ángeles. Derbez llegó a tomar clases de inglés y entonces le recomendaron ir a ver la obra “Latinolox” con Fernando Carillo.
Fue aquel actor el que le sugirió hacer también un monólogo en inglés que memorizó y regresó a Los Ángeles donde nadie lo conocía.
“Salí esa primera noche muriéndome de miedo; salgo a hacer mi primer monólogo en mi vida, llego sin desayunar ni comer nada, me presento en la noche en el evento este, la gastritis a todo lo que da”, recordó Derbez.
“Salgo, hago mi monólogo, yo creo que lo hice más o menos porque la gente no se río, no sabía ni lo que estaba diciendo”. Después de pasar todo el día sin comer y sumado al estrés del estreno todo se complicó.
“Al día siguiente me levanto y estaba en un hotel de paso… me levanto y traía una hemorragia de la gastritis de la que no me había dado cuenta, me empezó a doler el estómago y dije traigo algo muy raro, me sentía yo muy débil”, explicó.
“Llegó el 911, me desmayo y nada más me acuerdo que abrí los ojos, estaba la puerta abierta, la gente adentro de mi cuarto y la gente del pasillo todos asomados. Me suben a una camilla y me llevan”.
Derbez recordó entre risas que al no haberse bañado y por su aspecto escuchó que al subirlo a la ambulancia decían “posiblemente tenga drogas”.
“Yo no tomo, no fumo, soy el más sano y decía ‘estos weyes creen que soy un homeless'”, relató.
Si no fuera suficiente, Derbez se desmayó cuando le quisieron sacar sangre y quienes lo atendían pensaron que era un ataque el corazón.
“Me suben a otra camilla y me llevan a terapia intensiva, llego y me empiezan a rasurar el pecho y entonces agarran y dicen ‘electroshocks'”.
Fue gracias a que Derbez empezó a hacer ruidos que logro que no le hicieran nada. Sin embargo 3 horas después el actor ya estaba en la calle con una deuda de 30 mil dólares.
Al respecto, Chaparro resaltó cómo la historia de Derbez es de éxito, pero sobre todo de trabajo y perseverancia. “Y ahora ha ahí vamos poco a poco”, finalizó Derbez.
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