Un águila harpía recién nacida en el Refugio Biológico Bela Vista de Brasil está manteniendo ocupados a los cuidadores del centro, que buscan preservar a la especie casi amenazada.
El huevo eclosionó el 26 de abril y el polluelo blanco pesó apenas 158 gramos, pero crecerá hasta llegar a entre 8 a 10 kilogramos, una de las águilas más grandes del mundo. Sus garras serán tan grandes como las de un oso gris, que en la naturaleza le permiten capturar perezosos, monos y otros animales de la selva tropical para alimentarse.
Uno de los padres águila chilló en una aparente señal de aprobación mientras el polluelo atrapaba con el pico trocitos de carne que le daba el veterinario Pedro Enrique Ferreira.
“Nosotros lo alimentamos cuatro veces al día todos los días. Este primer mes él está en una incubadora, agradable y cálida para que no pase mucho frío ni calor, con una temperatura muy controlada”, comentó.
“Después de la incubadora comienza el proceso de enseñarle a volar. Él pasará a un nido y estará unos meses allí, debido a que este es un animal que crece muchísimo”, agregó.
Las águilas harpía han sido nombradas especie casi amenazada por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
El recién llegado es el quincuagésimo polluelo de águila harpía que nace en el refugio, el mayor centro de reproducción de ejemplares en cautiverio de la especie en el mundo. Fue creado después de la construcción de la enorme represa Itaipú para preservar la fauna de la región.
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