Los residentes del sur de California están en alerta máxima luego de un sismo de magnitud 7,1 que sacudió el viernes las comunidades cercanas al desierto de Mojave, solo un día después de otro sismo de magnitud 6,4 en la misma área.
El Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) advirtió que otro terremoto de magnitud similar podría ocurrir la próxima semana, mientras que las réplicas han ocurrido, en promedio, una vez por minuto desde la noche del viernes.
Aunque esos sismos ocurrieron a lo largo de una falla cerca de Ridgecrest, California, les recordaron a los geólogos el peligro inminente de otro gran terremoto a lo largo de la imponente falla de San Andrés, más al oeste, lo que podría causar un daño significativamente mayor.
A la luz de los sismos de esta semana, los investigadores del USGS reiteran que hay un 70% de probabilidad de que un sismo de magnitud 6,7 o superior afecte el área de la Bahía de San Francisco a lo largo de la zona de falla de San Andrés antes de 2030.
Esto es lo que debes saber sobre esa imponente falla y lo que significa para futuros terremotos en California.
No es una sola falla, sino toda una red
Las fallas ocurren cuando las rocas en ambos lados se empujan o se deslizan una sobre la otra, desplazando la corteza terrestre.
Aunque el movimiento generalmente es imperceptible, las rocas continúan empujando pero se atascan en los bordes de la otra. La presión se acumula hasta que la tensión supera la fricción, creando una liberación repentina de energía que envía ondas sísmicas a través del suelo, llamadas terremotos.
La zona de la falla de San Andrés es un límite de 800 millas (casi 1.300 kilómetros) entre la placa tectónica del Pacífico hacia el oeste y la placa norteamericana hacia el este. Aquí, las placas se oprimen unas sobre otras horizontalmente a un ritmo de aproximadamente 2 pulgadas (5,1 centímetros) por año, y el ligero movimiento puede causar algunos temblores más leves.
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