La Tierra entró en competencia con Saturno y está en camino de tener anillos similares, pero de basura espacial orbitando a nuestro alrededor; los desechos espaciales son un tipo de contaminación antropogénica.
Según la NASA, hay aproximadamente 100 millones de piezas de escombros más grandes que un milímetro orbitando la Tierra, actualmente rastrea más de 27,000 piezas de desechos orbitales.
Esto lo ha ocasionado el aumento del turismo espacial, las misiones espaciales y el lanzamiento de nuevos satélites.
Solución: imanes
Durante los últimos años, astrónomos e ingenieros han estado buscando una forma de resolver este problema.
Jake Abbott, profesor de robótica de la Universidad de Utah, es coautor de un estudio publicado el mes pasado en la revista Nature, en el que él y su equipo ofrecen una solución novedosa: el uso de imanes.
Aunque no todas son magnéticas cuando la basura se expone a la acción de los imanes, comienza a girar y a activar las corrientes parásitas, generando su propio campo magnético.
En marzo, un pedazo de escombros de cinco pies de un vehículo de lanzamiento SpaceX Falcon 9 sobrevivió al reingreso y aterrizó en una granja en Washington, afortunadamente, nadie resultó herido.
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