Antoine Griezmann tiene previsto incorporarse el 20 de julio a la pretemporada del Barcelona a expensas de como se resuelva su futuro, que tiene claro en cuanto a su intención de cumplir el contrato que le ata al club hasta 2024 pero en el que no se cierra la puerta a una posible salida.
Fuentes cercanas al futbolista francés advirtieron a ESPN Deportes que el Barça no se ha puesto en contacto con él y que cualquier variación en su status debería ser estudiada, sin descartar ningún escenario.
Fichado en el verano de 2019 al Atlético de Madrid por 120 millones de euros (a los que el Barça sumó otros 15 en un concepto al margen), Griezmann ha sido colocado durante los últimos meses en una hipotética lista de transferibles para catapultarse al primer plano en las últimas semanas, dándose por hecho que su marcha supondría un evidente alivio económico para el Barça en cuanto a ahorro salarial, por más que un traspaso por debajo de los 70 millones de euros supondría pérdidas en el balance del club.
“No nos han dicho nada desde el club”, asegura una de las fuentes consultadas, sentenciando que cualquier planteamiento se estudiaría a partir de una comunicación oficial por parte de los dirigentes azulgranas y advirtiendo que Griezmann “siempre ha priorizado el aspecto deportivo y la felicidad de los suyos por encima del dinero”, asegurando que en su momento “perdió dinero” por fichar por el Barça y que mantiene firme su deseo de seguir en el Camp Nou.
Desmintiendo cualquier contacto con el Atlético por un canje con Saúl, “con nosotros nadie ha hablado”, un posible regreso al club colchonero no sería descartable por parte del jugador francés, que conociendo que Simeone le recibiría con los brazos abiertos, sí tiene constancia del interés que despierta en Europa, con uno cierto del Manchester City, revelado la última semana por medios franceses y no rechazado por el entorno del futbolista azulgrana.
El Barcelona, que el domingo hizo oficial el traspaso definitivo de Sergio Akieme al Almería (donde jugó cedido el pasado curso) por 3,5 millones de euros y está cercano a cerrar la salida de Monchu al Granada (sin beneficio económico), necesita rebajar cuantiosamente su masa salarial (se habla de unos 200 millones de euros) para poder inscribir sin riesgo a Leo Messi, considerado indiscutible” por Ronald Koeman y con quien el club tiene un acuerdo pendiente de cuadrar sus números para obtener el visto bueno de LaLiga.
Hasta el momento ha liberado en ese concepto cerca de 24 millones con las salidas de Todibo, Junior Firpo, Aleñá, Matheus Fernandes, Trincao y Konrad de la Fuente, amén de los Miranda, Akieme y Monchu, pero aún tiene pendiente de solucionar los considerados contratos más altos de la plantilla.
En este sentido aparecen en el primer plano los nombres de Umtiti, Pjanic y Coutinho, que superan en conjunto en cuanto a coste salarial 65 millones de euros. Las salidas de Neto y Braithwaite significarían no menos de 15 millones más, entendiéndose mucho más dificultosa por su lesión una venta de Dembélé, cuyo salario bruto roza los 20 millones.
El coste de Griezmann también supera los 20 millones para el Barcelona y un traspaso, aún perdiendo dinero, no descarta en el club por más que la pasada semana Ronald Koeman especificó que mantiene firme la confianza en el francés, de quien elogió su rendimiento el último curso.
Otra opción sería, tal como en el caso de los Piqué, Busquets o Jordi Alba, solicitarle una adecuación, rebaja de su salario, algo que el mismo Koeman reclamó públicamente a toda la plantilla y que es algo en que los gestores del club, con Mateu Alemany a la cabeza, trabajan especialmente.
Y es que por más que Messi haya dado su visto bueno a una rebaja sustancial de su propio contrato, dispuesto como está a firmar por la mitad del anterior, entre 50 y 60 millones de euros, el Barça necesita seguir aplicando recortes con urgencia. Y Griezmann, de vacaciones y a la espera de acontecimentos, no es ajeno a esta delicada situación del club.
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