En medio de lo que se ha catalogado como el peor brote de dengue en años, los argentinos enfrentan una escasez de repelentes, mientras los pocos disponibles en el mercado se venden a precios exorbitantes, inalcanzables para muchos.
La demanda de repelentes, crucial para prevenir las picaduras del mosquito transmisor de la enfermedad, ha alcanzado niveles sin precedentes en los comercios, resultando en una falta generalizada de estos productos. La situación ha desatado críticas hacia el gobierno por su aparente incapacidad para garantizar el abastecimiento adecuado.
El ministro de Salud, Mario Russo, ha asegurado que se espera resolver el problema de desabastecimiento en las próximas dos semanas. Según sus declaraciones a Telefé, se han realizado gestiones con los productores, quienes han aumentado su capacidad de producción y se están fabricando mayores cantidades de repelentes, incluso en laboratorios estatales de diversas provincias.
Russo también ha lanzado una advertencia a la población, instándolos a tomar precauciones adicionales como el uso de pantalones largos y mangas largas para reducir la exposición a los mosquitos transmisores del dengue.
El desabastecimiento ha llevado a un incremento significativo en los precios de los repelentes, exacerbando la situación en un contexto de inflación acelerada. En apenas unas semanas, el costo de un aerosol repelente ha pasado de unos cinco mil pesos a alcanzar los 33 mil pesos en plataformas de compras virtuales.
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