Los casi 3 mil pequeños productores de leche de Quintana Roo no sobrevivirán este año, debido a la decisión del Gobierno Federal de importar el lácteo de Estados Unidos en lugar de consumirla producción local.
Así lo dio a conocer el presidente del Frente Nacional de Productores y Consumidores de Leche, Álvaro González Muñoz, quien añadió que esta situación los obliga a tirar o regalar miles de litros al día, debido a que no tienen compradores.
De acuerdo con la información de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), en promedio los ganaderos de Quintana Roo producen aproximadamente 5.5 millones de litros de leche al año, lo que representa apenas un 1.2 por ciento de la producción nacional.
La situación de por sí era difícil para los productores quintanarroenses, mucho antes de la emergencia sanitaria. De acuerdo con Guadalberto Caamal Kú, representante de la Asociación Local Ganadera de Nicolás Bravo, la falta de apoyo para la comercialización y venta de este producto provoca que lo terminen malvendiendo a 6 pesos el litro de leche a “coyotes”, disminuyendo el margen de ganancias hasta un 70 por ciento del promedio nacional.
El líder nacional de los ganadores explicó a través de un comunicado que a pesar de que existía un “pacto” con las autoridades federales agropecuarias para adquirir la leche durante esta contingencia a un precio “razonable” de 12 pesos por litro, en los últimos tres meses se importaron mil 800 millones de dólares en lácteoproveniente del vecino país del norte, lo que representa 4 mil 500 millones de litros.
“Por eso se rompió la promesa de que pequeños y medianos productores seamos convocados a participar en programas de apoyo específicos para no quebrar, obligándonos prácticamente a regalar 8 de cada 10 litros de leche para evitar que se desperdicie. Esto también afecta al empleo, ya que la mayoría de los 150 mil pequeños y medianos productores de leche de 20 estados del país (incluidos los de Quintana Roo), son unidades familiares, pero que dan empleo al menos a tres personas cada uno.
En la entidad, esto significaría que más de 9 mil trabajadores del campo corren el riesgo de perder su empleo, y que no se han obtenido ganancias de al menos 732 mil litros en los últimos dos meses, al carecer de compradores, lo que representaría pérdidas de casi 4 millones 396 mil pesos.
“Por eso pedimos que se replanteen estas acciones. La pandemia nos está afectando a todos, pero para nosotros las pérdidas significaría sacrificar al ganado y abandonar el campo, y a un mediano o largo plazo esto le afectaría a la actividad primaria del país”, concluyó.
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