Hoteleros de Quintana Roo aseguran una buena ocupación para los primeros tres meses de este 2023, al registrar en los libros de reservación una ocupación hotelera positiva.
Eduardo Domínguez Ibarra, director de la Asociación de Hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, que conjunta 53 mil 748 habitaciones de 214 centros de hospedaje, explicó que para este año se tiene asegurada, en libros, cerca de 65% de ocupación en enero; para febrero hasta 54%, y en marzo 40%, cifras que adelantó podrían incrementar conforme se acerquen las fechas.
“Estamos hablando de los destinos que representamos incluyendo (los hoteles) del centro de las ciudades, lo cual es positivo, ya para este arranque del año, y vemos que tendremos un excelente 2023 con la llegada de los diferentes mercados”, agregó.
Destacó que para el cierre de 2022, la entidad logró romper el récord en llegada de turistas, esto contra 2019, que fue el año donde se contabilizaron poco más de 16 millones de visitantes, y ahora, de nueva cuenta, los destinos del Caribe Mexicano son elegidos por los viajeros nacionales y extranjeros para disfrutar de las vacaciones.
Durante este primer trimestre se tiene una llegada importante de turistas desde Canadá, un mercado del que también se espera recuperar los niveles pre pandemia; de Estados Unidos, quienes vienen por largas temporadas para refugiarse de las nevadas, así como del turista nacional que sigue llegando al destino.
Explicó que incluso ya hay quienes empiezan a realizar sus reservaciones para Semana Santa y con ello poder asegurar el disfrute de este periodo vacacional.
Diciembre finalizó con una ocupación promedio de 81.5%, lo cual ya fue positivo para los destinos, y que esperan continúe en las próximas semanas.
El promedio diario de turistas en los tres destinos que representa esta asociación de hoteles es de 100 mil, la mayoría en Cancún, al ser el favorito.
Por ahora tienen pendiente la recuperación del mercado de Brasil, que cayó drásticamente luego de los problemas de visado que se suscitaron desde el 18 de agosto, cuando el gobierno mexicano exigió a estos turistas la presentación de la visa física y que generó pérdidas económicas de por lo menos 40 millones de dólares.
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