El eclipse total, a las 20:22 GMT, fue visible desde Europa, Rusia, África, Oriente Medio, buena parte de Asia y Australia. Cientos de personas en Australia pagaron para observar el eclipse desde el Observatorio de Sídney antes del amanecer.
En América Latina pudo verse en la penumbra crepuscular del viernes en la costa oriental del continente, en Brasil, Uruguay y Argentina, aunque el invierno austral pudo haber complicado la observación del fenómeno. En Buenos Aires fue visible entre las 18:06 y 18:13, hora local.

“Nuestro evento está totalmente vendido, tenemos a un par de cientos de personas que vendrán a observarlo con nosotros”, comentó Andrew Jacob, curador del Observatorio de Sídney, localizado cerca de Harbour Bridge.

Cuando la Luna se mueve hacia la sombra cónica de la Tierra, pasa de estar iluminada por el Sol a mantenerse en oscuras. Sin embargo, un poco de luz aún la alcanza porque se refracta en la atmósfera de la Tierra.

“Se llama Luna de sangre porque la luz del Sol pasa por la atmósfera de la Tierra en su camino hacia la Luna y la atmósfera de la Tierra la vuelve roja de la misma forma en que cuando el Sol se esconde, se pone rojo”, dijo a Reuters el profesor de astronomía de la Universidad de Cambridge Andrew Fabian.

Al mismo tiempo, Marte estará desde este viernes hasta el martes en su punto más cercano a la Tierra desde 2003, de modo que los observadores podrán ver lo que lucirá como una estrella naranjo-rojiza.

“Es una coincidencia muy inusual tener un eclipse lunar total y a Marte en oposición en la misma noche”, dijo Robert Massey, subdirector ejecutivo de la Sociedad Astronómica Real, quien se dispuso a observar el eclipse desde el Mar Mediterráneo.

El eclipse lunar no fue visible desde América del Norte ni desde la mayor parte del Pacífico y el próximo de tan larga duración tendrá lugar el año 2123.