La cifra de muertos en un accidente en el que un enorme bloque de roca se vino abajo sobre botes recreativos en un lago brasileño aumentó a 10, informó la policía el domingo.
Las autoridades trabajan en la identificación de los fallecidos, y hay buzos buscando en el lago de Furnas en caso de que haya más víctimas.
El jefe policial Marcos Pimenta dijo que existe la posibilidad de que algunas personas se encuentren desaparecidas tras el accidente del sábado en el estado Minas Gerais. Al menos 32 personas resultaron heridas, si bien la mayoría había sido dada de alta de hospitales para el sábado en la tarde.
El accidente se registró entre los poblados de Sao Jose da Barra y Capitólio, del que habían partido los botes. En las imágenes de video puede apreciarse a un grupo de botes pequeños moviéndose lentamente cerca del acantilado en el lago de Furnas cuando se produce una fisura en la roca y un trozo enorme cae sobre varias de las embarcaciones.
Los cadáveres fueron llevados a la ciudad de Passos, donde médicos forenses trabajan en su identificación. Las tareas son difíciles debido al ″impacto de alta energía″ de la roca sobre los viajeros, dijo Marcos Pimenta, oficial de la policía civil regional. Indicó que una víctima ha sido identificada como Júlio Borges Antunes, de 68 años.
El lago de Furnas, creado en 1958 para la instalación de una planta hidroeléctrica, es un sitio turístico popular en el área y está ubicado a unos 420 kilómetros (260 millas) al norte de Sao Paulo.
URGENTE!!! Pedras se soltam de cânion em Capitólio, em Minas, e atingem três lanchas. pic.twitter.com/784wN6HbFy
— O Tempo (@otempo) January 8, 2022
Las autoridades dejaron entrever que el desprendimiento podría estar relacionado con las fuertes lluvias que recientemente causaron inundaciones en el estado y obligaron a desalojar a casi 17.000 personas de sus hogares.
El director de la División de Geología Aplicada del Servicio Geológico Brasileño, Tiago Antonelli, dijo que el acantilado está sujeto a siglos de erosión y es susceptible a la lluvia, el calor y el frío.
“Es normal que suceda en muchos cañones, incluso con rocas de ese tamaño. Pero en la actualidad, con la intensificación del turismo, la gente empieza a acercarse aún más a estos sitios y a registrar estos fenómenos con sus celulares”, indicó Antonelli.
Joana Fontez, profesora de geología de la Universidad Federal de Goiás, dijo que las autoridades deberían haber estado controlando el lugar para evitar accidentes, en especial en la temporada de lluvias. Los botes debieron haber sido mantenidos al menos a un kilómetro (0,6 millas) de distancia de la catarata donde ocurrió el accidente, dijo Fontez.
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