Cansados de que los delincuentes gocen de impunidad, cada vez más quintanarroenses han decidido “hacer justicia” por su propia mano: los linchamientos en Quintana Roo pasaron de 16 en 2019, a 108 en 2020.
De acuerdo a información reportada por el número de emergencias 911, tan solo en Cancún la policía acudió al rescate de 67 presuntos delincuentes que estuvieron a punto de perder la vida a manos de una muchedumbre furiosa.
En Playa del Carmen ocurrieron 22 linchamientos, y en Chetumal 15. El resto tuvieron lugar en los municipios de Felipe Carrillo Puerto, Tulum y José María Morelos.
En las primeras seis semanas de este 2021, ya se han reportado 13.
A pesar de que en casi todas las ocasiones los presuntos culpables terminaron con heridas de gravedad, y que este tipo de acciones están prohibidas, la Secretaría de Seguridad Pública estatal no reporta ningún arresto de los “verdugos” ciudadanos.
Esto, de acuerdo con José Echazarreta González, abogado es consecuencia de
“la Reforma Judicial que hace más difícil aplicar justicia a los ladrones: si no son captados realizando el robo, son liberados. Si devuelven lo robado, también eluden la cárcel. Toda esta situación tiene cansada a la ciudadanía, que observa como los conocidos delincuentes del barrio son liberados una y otra vez”.
Explica que por este motivo, cada vez más quintanarroenses se atreven a aplicar la justicia por su propia mano.
“Las redes sociales también contribuyen al incremento de los linchamientos: es una forma de decirle a la sociedad lo orgullosos que están de haber hecho el trabajo de la Policía, pero también de mandar un mensaje a la delincuencia: uno en el que advierten que no seguirán impunes”.
Sin embargo, el también académico en Derecho Penal afirmó que existe un límite para estas demostraciones violentas: prácticamente todas las personas linchadas son delincuentes del Fuero Común, es decir, ladrones, asaltantes y hasta agresores sexuales, incluidos violadores, según los reportes de la Policía Estatal.
Sin embargo, la población aún no se atreve a agredir a quienes forman parte de la delincuencia organizada.
“Esto porque saben que un delincuente común trabaja de manera aislada, por lo que no habrá consecuencias por atacarlo. Pero en el caso de uno que forma parte del crimen organizado, pertenece a una estructura, como el narcotráfico, quienes tomarán represalias contra los atacantes”.
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