El primer ministro belga, Alexander De Croo, anunció un confinamiento nacional “reforzado” a partir del próximo lunes y hasta el 13 de diciembre.
El funcionario explicó que Bélgica se encuentra en una emergencia sanitaria y que la única opción posible es que la población apoye al Sector Salud tanto como se pueda.
La medida ordena el cierre de tiendas no esenciales así como el trabajo a distancia obligatorio.
También prohíbe las reuniones familiares en interiores.
Las reuniones en interiores estarán limitadas a un máximo de cuatro personas y se deberán de llevar a cabo respetando la distancia social y el uso de cubrebocas.
De Croo señaló que ya no se permitirán las visitas a las casas de familiares y amigos, y que solo se permitirá un contacto cercano fuera del hogar.
Las personas que viven solas, tendrán una excepción y se les permitirá contacto cercano con dos personas que no pertenecen a su hogar.
De Croo explicó que el virus tiene un alto costo económico y que muchas personas verán interrumpidas sus actividades pero que el gobierno hará lo posible por brindar el apoyo necesario a quienes lo necesiten.
Bélgica se destaca como el país europeo más afectado en esta segunda oleada de COVID-19.
Las regiones de Valonia y Bruselas siguen siendo las zonas más afectadas del país, con una incidencia acumulada sobre 100 mil habitantes en 14 días de 3 mil 35 en Lieja y de 2 mil 130 en Bruselas.
La tasa de positividad se sitúa en el 25.1 por ciento, ratio que asciende hasta el 42.9 por ciento en Lieja y al 33.3 por ciento en la capital belga.
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