La organización civil Onca Maya, busca la creación de un Programa de Manejo de Cocodrilos a fin de garantizar la conservación de la especie en la Laguna de Nichupté.
Javier Carballar, líder de la organización, detalló que hay varios factores que representan riesgos a los cocodrilos, todos relacionados con la actividad humana.
Una de las principales causas de incidentes es la alimentación de los ejemplares por turistas, pues además de que la comida humana representa un desbalance en su dieta, ha provocado varios accidentes de mordeduras.
Eso trae otro problema como consecuencia, la ingesta de plásticos que se tiran en la Laguna, pues los pueden confundir con comida. En necropsias a cocodrilos muertos se han encontrado desechos plásticos en el estómago.
El biólogo apuntó que el humano no es parte de la dieta de los cocodrilos y no buscan salir a cazar personas, por el contrario, el hombre es su principal depredador.
Las dos especies de cocodrilos que habitan en este sistema lagunar, moreleti y acutus, se alimentan de aves, peces y crustáceos.
Carballar se dijo sorprendido porque este año han ocurrido dos accidentes de mordeduras fuera del agua, lo cual es inusual.
La mayoría de las mordeduras reportadas han sido de personas nadando en el hábitat del cocodrilo, de noche y en estado de ebriedad.
De acuerdo con el experto, este programa de manejo requiere estudios previos para hacer una propuesta que garantice la armonía entre la conservación de los cocodrilos y las actividades recreativas.
Dichos documentos contienen una serie de normativas vinculantes que deben ser acatadas por usuarios y prestadores de servicios.
Zonas de nado restringidas, prohibición estricta de alimentación, estrategias de conservación, son algunos de los puntos que podría contener dicho instrumento.
Aunque hay varios letreros que invitan a los turistas a no alimentar a la fauna, con frecuencia son ignorados. Incluso, las personas consideran que hacen bien a los animales.
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