Cae al vacío volador de Papantla desde una altura de 20 metros en Hidalgo

Mientras se realizaba la fiesta patronal de la comunidad de Acaxochitlán, Hidalgo, un danzante cayó de un altura estimada de 15 metros al realizar el ritual de los voladores de Papantla.

El accidente fue captado por un presente que lo compartió en redes sociales. En el video se puede observar al joven de 25 años, perteneciente a un grupo artístico de Pahuatlán, Puebla, caer cuando descendía en vuelo por el lazo para llevar a cabo las acrobacias propias de la danza.

Posteriormente, fue identificado como Antelmo Gómez Hernández y trasladado al Hospital General de Tulancingo para recibir atención médica.

De acuerdo con medios locales, su estado de salud se reportó grave, con cuatro fracturas en un solo brazo, daños en piernas, caderas y columna vertebral.

El joven pertenecía a un grupo de siete voladores que fueron invitados a participar en la festividad popular de Toxtla en representación de Xolotla, comunidad de Pahuatlán.

La ceremonia ritual de los voladores de Papantla es una danza ejecutada por cuatro personas; en el transcurso de esta, los participantes suben por un mástil de 18 a 40 metros de altura. Adicionalmente, un quinto hombre se sienta en la plataforma ubicada en la punta del tronco y toca una flauta y un tambor.

Se ejecuta por diversos grupos étnicos de Centroamérica y México, en particular por los totonacos del estado de Veracruz. Su objeto, según la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés), es “expresar el respeto profesado hacia la naturaleza y el universo espiritual, así como la armonía con ambos”.

Luego de realizar el acto de invocación, los danzantes se lanzan al vacío desde la plataforma a la que están atados con largas cuerdas. En el aire, giran y realizan acrobacias imitando el vuelo de los pájaros, mientras la cuerda se desarrolla y van descendiendo hasta llegar al suelo.

“Cada variante de la danza ritual de los voladores representa un medio de hacer revivir el mito del universo, de modo que esta ceremonia expresa la visión del mundo y los valores de la comunidad, propicia la comunicación con los dioses e impetra la prosperidad.”, explica la organización internacional.

Leyenda Totonaca

De acuerdo con la recopilación hecha por Rubén Croda León, la leyenda narra que habían transcurrido tres días de fiesta cuando en un lugar no especificado, algunos dicen que fue en Coxquihui, otros que en Caxhuacan; así como en Huehuetla o Copala, cuatro personas emprendieron el ritual de la danza que precede al vuelo.

Se dirigieron al tronco para ocupar sus respectivos lugares y comenzaron la ceremonia invocatoria a los cuatro rumbos del universo, dirigiéndose a la deidad solar.

Al comenzar el vuelo, el cuadro y los mecates de separaron del mástil y subieron girando al cielo sin dejar de ejecutar su música. Un anciano de la comunidad ordenó derribar el tronco, pues estaba seguro de que no volverían a ver a aquellos danzantes.

No obstante, la sorpresa fue grande cuando de nueva cuenta escucharon el toque de la flauta y el tambor, los mismos danzantes descendieron de las alturas. Sin embargo, el tronco no estaba en posición vertical y los voladores giraron en dirección del cielo y se fueron para siempre.

“Los asistentes se lamentaron por no haber dejado el palo en su sitio, pues habrían tenido la oportunidad de conocer por boca de los mensajeros el relato sobre su visita a la deidad Solar. Cuentan que a la fecha allá están los cinco voladores que iniciaron la tradición y por ello no se puede olvidar la costumbre; los totonacos esperan que algún día los voladores se vuelvan a elevar al sol, para que después, a su regreso el pueblo conozca el mensaje divino.”, cuenta la leyenda.

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