Desde este domingo entró en vigor una ley que prohíbe a los extranjeros adquirir propiedades residenciales en Canadá, a fin de poner más casas a disposición de los canadienses, quienes actualmente se enfrentan a una escasez de viviendas.
Algunas excepciones de la ley permiten a refugiados y residentes permanentes que adquieran una propiedad para habitar.
El país aclaró que esta prohibición sólo se aplicará a casas urbanas y no a las propiedades recreativas como las casas de verano.
Esta medida fue propuesta por el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, durante su campaña electoral de 2021, cuando la escalada de precios puso la compra de vivienda fuera del alcance de muchos canadienses.
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