Un equipo de científicos observó, por primera vez, una explosión termonuclear de estrellas muertas que originó una ‘bola de fuego‘ con una intensa radiación de luz de rayos X.
Cuando estrellas como el Sol consumen todo su combustible, se encogen para formar enanas blancas, y a veces estas estrellas muertas vuelven a la vida en una explosión termonuclear y producen una bola de fuego que emite una intensa radiación de rayos X, explicó la astrofísica Gloria Sala.
El origen de este fenómeno se encuentra en la acumulación de material de una estrella de un tamaño similar al Sol (como el hidrógeno por ejemplo) sobre una estrella compañera enana blanca, un tipo de estrella que tiene una masa similar a la del Sol pero concentrada en un cuerpo celeste más pequeño.
Durante los días posteriores a la explosión, la expansión de la bola de fuego provoca un bajón de la temperatura que hace que evolucione hacia una gran esfera de gas más frío, que emite una luz visible y causa la aparición de la nueva estrella en el cielo.
Pero, según Sala, “esta fase de ‘bola de fuego’ es muy breve y se da horas antes de la aparición de la estrella en el cielo”.
La detección de esta bola de fuego, inicialmente predicha por modelos, es una pieza clave para ajustar las teorías de las explosiones estelares, concluyó Sala.
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