CIUDAD DE MÉXICO. –Los centros penitenciarios municipales fueron los peor calificados en el Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2016 elaborado por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), con un promedio nacional de 3.90.
La cifra de los centros municipales es menor al 6.27 registrado por los CERESOS, el 7.21 de los CEFERESOS y el 7.95 obtenido por las prisiones militares en la misma evaluación.
El diagnóstico se realizó sobre una muestra de 131 centros penitenciarios estatales, 42 cárceles municipales, 19 centros federales y 3 prisiones militares, de un total de 392 centros, y así se abarcó una población de 211 mil 982 internos, que conforman el 87.73% de la población total recluida al inicio del año 2016.
En esta ocasión, se adicionó la evaluación de 42 centros que dependen de autoridades municipales, así como información relativa a la población de mujeres por centro, efectuando la supervisión específica de los centros femeniles del país en funcionamiento al momento de la visita, abarcando el 86.16% de la población total femenil.
Resultado de este trabajo, la CNDH comprobó la persistencia de sobrepoblación, hacinamiento, autogobierno o cogobierno, falta de prevención y atención de incidentes violentos en centros estatales, así como anomalías en la separación entre procesados y sentenciados, condiciones materiales, equipamiento e higiene en áreas de dormitorios, sancionados, sujetos a protección, cocina y comedores, y la falta de personal de seguridad y custodia.
El organismo nacional destacó que en este indicador sobresalieron por sus deficiencias los penales de Nayarit con 1.40; Hidalgo, con 2.78; Jalisco, con 3.57; Tabasco, con 3.94; Chiapas, con 4.12; Puebla, con 5.24 y Quintana Roo, con 5.69.
En particular, los centros municipales con menor promedio son la Cárcel Distrital de Zimapán en Hidalgo; el Reclusorio Preventivo Municipal de Cihuatlán en Jalisco; la Cárcel Distrital de Zacoaltipan en Hidalgo; y las cárceles municipales de Acaponeta, Rosa Morada y San Blas en Nayarit, estas tres últimas con una calificación inferior a un punto.
En las instalaciones municipales se encontraron deficiencias como actividades laborales y de capacitación insuficientes, falta de separación entre procesados y sentenciados, carencia de reglamentos y manuales y escasa o nula difusión de la normatividad.
Además, existe falta de áreas médicas, medicamentos y profesionales de la medicina, inexistencia o insuficiencia de instalaciones necesarias para el funcionamiento de esos centros, así como de acciones preventivas para atender incidentes violentos, de acuerdo con la medición.
En tanto, los centros estatales con menor promedio son: el CERESO de Chilpancingo; la Penitenciaría Central de Oaxaca; el CERESO de Cancún; el CERESO de Actopan, Hidalgo; y el CERESO de Venustiano Carranza en Nayarit.
En cuanto a los centros federales, el derecho a la protección de la salud es la mayor deficiencia por falta de personal médico, medicamento, escasa atención y cuidados a personas adultas mayores, así como carencias de programas preventivos de adicciones y desintoxicación voluntaria.
Con respecto a las prisiones militares, la situación más recurrente que se detectó es la falta de actividades laborales y de capacitación para el trabajo, de acuerdo con un boletín. (Fuente: Aristegui Noticias).
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