Este domingo en el Estadio Olímpico cientos de deportistas participaron en la ceremonia de clausura de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, con mucho simbolismo y tradición.
Con esto se da por terminado ‘los Juegos de la esperanza’ y abrir un nuevo ciclo olímpico que desembocará, dentro de tres años, en París.
De nuevo sin público general en el Estadio Olímpico de Tokio, el acto arrancó con un vídeo de los mejores momentos de cita olímpica bajo la atenta mirada, entre otros, del emperador Naruhito y del presidente de Francia, Emmanuel Macron, como máximo representante del país que acogerá los próximos Juegos, los de París 2024.
Todas las banderas, después del izado de la de Japón, fueron entrando en el recinto, muchos protagonistas en estas dos semanas desfilaron como abanderados; como el italiano Marcell Jacobs, sorprendente campeón de 100 y 4×100 metros; o la neerlandesa Sifan Hassan, oro en 5000 y 10000 metros y bronce en 1500, antes de que comenzase el espectáculo de luz y color en el estadio.
De entre un círculo lleno de colores, representación de todas las banderas del mundo; miles de partículas de luz volaron, gracias al estudio Moment Factory, para formar los anillos olímpicos; mientras el centro del recinto se iluminaba para dar paso a la Tokyo Ska Paradise Orchestra. El ambiente, hasta entonces solemne, tornó en festivo mientras sonaban los acordes del ‘Himno de la alegría’; recibido con euforia por los cientos de deportistas que ya se agolpaban para despedir los Juegos.
El espectáculo continuó, y la tradición se abrió paso con vídeos en los que los organizadores presentaron, como en la Ceremonia de Inauguración; más muestras de la cultura nipona, como los bailes Ainu (Hokkaido), Ryukyu Eisa (Okinawa) o Nishimonai Bon Odori, la danza de difuntos de la prefectura de Akita.
Y llegó el turno del relevo, justo después del himno olímpico interpretado por el cantante de ópera Tomotaka Okamoto. La gobernadora de Tokio, Yuriko Koike, entregó la bandera olímpica al presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach; que a su vez se la cedió a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo. Mientras, en la explanada de la Torre Eiffel, miles de franceses celebraban la llegada de la nueva Olimpiada de París con la bandera más grande del mundo.
Tras ello, los deportistas asistieron al apagado del pebetero, que se volverá a encender para el estreno de los Juegos Paralímpicos. Terminan los Juegos Olímpicos de Tokio y empieza la Olimpiada de París.
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