El impacto de la violencia por armas en Estados Unidos no se limita solo a la cifra de muertes: el costo económico de las heridas provocadas por disparos se eleva a unos 557 mil millones de dólares al año, según un estudio publicado este martes.
Esa cifra equivale al 2.6 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) del país, apunta la investigación publicada en la revista JAMA por Zirui Song, profesor asociado sobre Políticas de Sanidad en el Instituto Blavatnik de la Harvard Medical School.
El 88 por ciento de esos 557 mil millones se atribuye a la pérdida de calidad de vida entre los heridos por este tipo de violencia y sus familias.
Entre las compañías con seguro sanitario para sus empleados, la tasa de heridas por arma pasó del 2.6 al 11.7 por ciento por cada 100 mil asegurados. Y cada herida no letal, según la investigación, conlleva unos 30 mil dólares en gasto sanitario directo por persona solo durante el primer año.
Ese gasto supone un incremento de más del 400 por ciento en comparación con el desembolso dirigido hacia un empleado que no haya resultado lesionado.
Más allá de ese costo adicional, las pérdidas en ingresos y productividad para las compañías privadas se estiman en 535 millones de dólares a nivel nacional.
El impacto para los supervivientes es tanto físico como mental: hay un aumento del 40 por ciento en los trastornos relacionados con los dolores, otro del 51 por ciento en los desórdenes psiquiátricos y uno del 85 por ciento en los trastornos ligados al consumo de sustancias.
Estas cifras, afirma Song, evidencian “que los empresarios y sus aseguradores de salud acarrean una carga financiera sustancial por heridas de arma y tienen un incentivo financiero para prevenirlas”.
Para un empresario con 100 mil trabajadores, 12 heridas por arma y el consiguiente gasto directo el primer año de 360 mil dólares, sin incluir los gastos indirectos, puede no ser lo suficientemente significativo como para cambiar su estrategia corporativa.
Pero para aquellos que afronten una creciente tasa de lesiones por arma de fuego en su personal, el interés económico de tratar de evitarlas “es más difícil de ignorar”, sostiene el experto, según el cual el sector privado se ve cada vez más afectado por esos sucesos.
En 2020, de acuerdo a datos del laboratorio de ideas Pew, murieron 45 mil 222 personas por lesiones provocadas por armas de fuego en Estados Unidos, la cifra más alta que cualquier otro año del que existen registros.
Song recuerda que 550 consejeros delegados y ejecutivos han mandado una carta al Senado estadounidense urgiendo a emprender medidas para acabar con la violencia por armas de fuego, y han subrayado su impacto sanitario y económico.
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