Latinoamérica, considerado el epicentro actual de la pandemia de coronavirus COVID-19, cerró la semana con unos de 2.3 millones de casos, un 25 por ciento del total mundial, y más de 105 mil muertes, mientras se mantiene la curva ascendente en varios países de la región y se extiende el desbordamiento de los sistemas hospitalarios.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) informó que los casos de coronavirus en el mundo rondan los 9.5 millones, con más de 480 mil decesos.
De acuerdo con estos datos, América se aproxima a los 5 millones de casos, la mitad del total mundial y casi el doble de lo que acumula Europa.
Según el organismo, la curva ascendente de esta pandemia se explica en gran medida por el nivel de contagios en países como Estados Unidos y Brasil.
Estados Unidos, el país con más contagiados a nivel mundial, supera ya los 2.4 millones de casos confirmados de COVID-19 y los 124 mil fallecidos.
Ese dato y el nuevo récord diario de contagios en el país, con casi 40 mil nuevos casos en las últimas 24 horas, puso este viernes en alerta a las autoridades, especialmente en California, Texas, Arizona y Florida, donde las cifras de infecciones han crecido sustancialmente en los últimos días.
Para hacer frente a esta situación, varios gobernadores buscan limitar las congregaciones sociales, ordenar el uso obligatorio de cubrebocas en público y evalúan volver a dictar una orden de confinamiento.
En tanto, en Brasil (segundo más afectado del mundo) los contagios y muertes aumentan sin señales de estabilización: hay unos 55 mil decesos y más de 1.2 millones de infectados. Además, los epidemiólogos creen que una subnotificación y que las cifras reales son mucho más elevadas.
La situación en esa nación ha puesto en alarma a países fronterizos como Paraguay, que este viernes expresó preocupación ante la expansión de contagios en el departamento de Alto Paraná, que definió como la “zona más roja del país”.
Dentro del continente, tras EE.UU. y Brasil, los países más afectados siguen siendo Perú (272 mil casos y casi 9 mil muertos); Chile (263 mil 360 contagios y 5 mil 68 fallecidos); y México (202 mil 951 infectados y 25 mil 60 decesos).
Con esto, en todo el continente se reportan ya casi 5 millones de casos y unas 240 mil muertes.
Colapso en hospitales
Bolivia cumplió el viernes tres meses de la declaración de estado de emergencia sanitaria con una tendencia al aumento de casos, que superan los 28 mil 500, con más de 900 fallecidos, en un país de once millones de habitantes.
El cómputo de casos diarios marca una tendencia al alza en los últimos días, mientras continúan los reportes de centros sanitarios colapsados y algunas muertes a las puertas de hospitales y en las calles.
Las alertas por el colapso en centros de salud se han presentado en ciudades como Santa Cruz, la mayor del país y la más golpeada por la pandemia, con casos de enfermos que deben deambular por varios hospitales hasta encontrar atención y de familiares con problemas para enterrar a sus fallecidos, una situación similar a la que se había reportado en Guayaquil (Ecuador).
El aumento de cifras en México, que al momento parece ser imparable, también ha encendido las alarmas en ese país.
En menos de una semana, México pasó de 20 mil decesos a más 25 mil y en ese mismo periodo sumó 30 mil contagios para sobrepasar los 200 mil, desde los 170 mil del pasado viernes.
Sin embargo, el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud, Hugo López-Gatell, consideró un “éxito” que la pandemia se prolongue hasta octubre -según sus estimaciones- pues ello significa que no hubo un incremento súbito de casos y por ello no se saturó el sistema hospitalario.
“A pesar de que tenemos un tenemos un sector de salud maltrecho y en malas condiciones, no ha colapsado y se ha podido contender con la pandemia”, señaló.
Esa preocupación también se vive en Sao Paulo, el estado de Brasil más poblado y castigado por la pandemia de coronavirus, que frenó este viernes la desescalada en el interior de su territorio, donde las zonas del interior cuentan con una estructura hospitalaria menor que en la capital.
Desde antes de la pandemia, Latinoamérica ya presentaba una situación compleja en sus sistemas de salud, con una inversión mucho menor que la de Europa, una extendida inconformidad salarial y donde alrededor del 70 por ciento de naciones apenas toca el umbral del personal sanitario requerido.
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