De política y cosas peores

CIUDAD DE MÉXICO.- Afrodisio Pitongo, hombre proclive a la concupiscencia de la carne, yacía en una cama de hospital vendado de pies a cabeza igual que momia egipcia. Su contlapache Libidiano fue a visitarlo y le preguntó por qué se hallaba en tan lamentoso estado. Con una palabra respondió el infeliz: “Vionos”. Libidiano retrocedió unos pasos, asustado, e inquirió: “¿Es eso una bacteria peligrosa, algún microbio letal o virus contagioso de los que ahora afligen a la humanidad doliente?”. “No -aclaró Pitongo con dolorida voz-. Estaba yo con una mujer casada. Llegó el marido y vionos”. Mentorio le dijo a Bragueto: “Me enteré de que vas a casarte con Frinesia. Sé bien que es inmensamente rica, pero mi obligación de amigo es decirte que tiene un pasado muy dudoso”. “Lo conozco -replicó Bragueto-. Pero más dudoso aún es mi futuro, por eso me caso con ella”. Recuerdo como si hubieran sucedido ayer las cosas de hace muchos años, y olvido las que pasaron hace una semana. Conservo en la memoria, por ejemplo, las fabulillas que aprendí de niño, y que mis nietos descalifican de inmediato porque -dicen- los animales no hablan. Yo les respondo que conozco a muchos que sí lo hacen, y hasta pronuncian discursos en tribuna, pero mis alegatos caen en el vacío. Recuerdo ahora una de aquellas fábulas sacada de las páginas del “Poco a poco”, mi libro de lectura en el segundo año de primaria. Luego diré por qué digo esa fábula. “Bebiendo un perro en el Nilo / al mismo tiempo corría. / ‘Bebe quieto’, le decía / un taimado cocodrilo. / Díjole el perro, prudente: / ‘Dañoso es beber y andar, / pero ¿es mejor esperar / a que me claves el diente?’. / Oh sapiente perro viejo: / yo venero tu sentir / en eso de no seguir / del enemigo el consejo”. No muy lejana ya la elección de gobernador en mi natal Coahuila algunos precandidatos del PAN promueven su imagen por medio de anuncios espectaculares que los muestran en portadas de revistas más o menos inexistentes. Los priistas señalan, con razón, que tal añagaza constituye una forma de propaganda anticipada, y por tanto es una violación a la legislación electoral. Contrariamente a la fabulilla los aspirantes del partido blanquiazul deben oír las voces de sus adversarios, y atenderlas, pues ese tonto truco -el muy sobado de la portada de revista- puede ser motivo de impugnación, y hasta de anulación de una eventual victoria. Lo mismo se ha de aconsejar a quienes de la mano de López Obrador andan en Coahuila defendiendo la soberanía nacional. También ellos se exponen a sanciones por adelantar vísperas ilegalmente. Yo ya les señalé el peligro. No salgan después con que lo desconocían. Un individuo llegó a la consulta del doctor Ken Hosanna. Gimió: “¡Me quebré el brazo en dos partes!”. Le indicó el facultativo: “No regrese a ninguna de las dos”. Babalucas logró por fin realizar su sueño de viajar a Europa. A su vuelta le preguntó un amigo: “Supe que fuiste a Inglaterra. ¿Qué te parecieron las británicas?”. Respondió Babalucas: “Atractivas, pero un poco frías”. “Supe igualmente -prosiguió el amigo- que estuviste en Francia. ¿Qué te parecieron las galas?”. “Hermosas -opinó Babalucas-, pero algo frívolas”. “Y entiendo -siguió el otro- que también visitaste Portugal. ¿Qué te parecieron las lusitanas?”. “Muy bellas -replicó Babalucas-, pero algo melancólicas”. “Y me enteré -continuó el amigo- de que llegaste hasta Noruega. ¿Qué te parecieron los fiordos?”. “¡Óyeme no!” -protestó con vehemencia el badulaque-. ¡Yo solamente lo hago con mujeres!”. Doña Macalota, la esposa de don Chinguetas, le dice a su marido “El menudo blanco”. ¿Por qué tal remoquete? Explica ella: “Es pura panza y nada de picante”.FIN.

MIRADOR

Jean Cusset, ateo con excepción de las veces que se siente enfermo, dio un nuevo sorbo a su martini -con dos aceitunas, como siempre- y continuó:

-Los creyentes tienen derecho a creer, pero no tienen derecho a imponer a otro sus creencias. Las religiones han renunciado ya a afirmar que sus enseñanzas son verdades científicas -ya nadie cree que nuestro planeta tiene 4 mil años de edad, según el cuidadoso cálculo que hizo un predicador americano basándose en las generaciones de la Biblia-, pero todavía algunos eclesiásticos pretenden que los conceptos morales de su iglesia se vuelvan normas legales de obligatoriedad universal.

Siguió diciendo Jean Cusset:

-La supuesta defensa de los principios religiosos encubre muchas veces la defensa de un poder temporal que las iglesias no deben buscar, pues eso atenta contra su misión de trascendencia. Ha habido muchos estados totalitarios. Iglesias totalitarias no debe haber ninguna.

Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini, con dos aceitunas, como siempre.

¡Hasta mañana!

 

MANGANITAS

“Las monjitas daban Viagra a los ancianos del asilo”.

Explicó la superiora:

“Se rodaban de la cama,

y esa pastilla de fama

evita que se rueden ahora”.

Armando Fuentes

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