Para China, y para cada país afectado por la COVID-19, la fecha de los primeros casos está clara. Pero el virus podría haber estado circulando antes, como lo muestra su “árbol genealógico” genético.
Fiebre, tos, problemas respiratorios… A mediados de enero, Aicha, secretaria médica de 57 años fue hospitalizada en Marsella (sur de Francia), con una enfermedad respiratoria aguda.
Su marido Jacques, médico, describe a la AFP “todos los signos clínicos” del coronavirus, incluida la pérdida de gusto y de olfato.
“Si le hubiera pasado a mediados de febrero, nadie tendría dudas”, dice Jacques. Pero en ese momento, Francia no había señalado ningún caso de nuevo coronavirus.
En Estados Unidos, las autopsias practicadas en California a dos fallecidos (dos casos sospechosos) revelaron infecciones antes del primer caso oficial el 21 de enero.
Según investigadores italianos, el virus habría entrado en Lombardía entre la segunda quincena de enero y principios de febrero, “semanas antes” de que se confirmara en esta región el primer foco epidémico alrededor del 20 de febrero.
“Es normal que un nuevo virus circule sin ser detectado durante semanas antes de ser descubierto” señala el doctor Volz.
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