Tres clínicas dentales construidas hace tres años en comunidades rurales de Othón P. Blanco se convirtieron en “elefantes blancos”, ya que ningún odontólogo tiene interés en trabajar en esas zonas por el costo en tiempo y recursos que representa transportarse hasta esos lugares.
Por esta razón, más de seis mil habitantes de al menos 38 comunidades rurales siguen sin ser atendidos en su salud bucal, dejándoles la única opción de trasladarse hasta Chetumal para consultar con un dentista cualquier problema que involucre sus dientes.
Andrés Blanco Cruz, dirigente de la Central Campesina Cardenista, precisa que desde que fueron inauguradas estas clínicas en las comunidades de Dos Aguadas, Morocoy y José Narciso Rovirosa, sólo un día operaron con personal de odontología, cuando la Secretaría de Salud Estatal realizó una jornada de salud en el 2019.
“Desde entonces hemos presentado varios oficios a la actual administración municipal para que contraten dentistas para esas clínicas, pues es lo único que les falta: tienen equipo, aire acondicionado y hasta las sillas especiales para atender a los pacientes”, dice Cruz Blanco.
Pero la respuesta del presidente municipal Otoniel Segovia se limita a señalar que esas clínicas, a pesar de que fueron construidas con recursos municipales, se donaron a la Secretaría de Salud, por lo que corresponde a la dependencia estatal dotarlas de personal.
Por su parte, los Servicios Estatales de Salud explicaron que aunque han abierto convocatorias para contratar dentistas para esas tres clínicas, hasta ahora nadie ha demostrado interés en trabajar en dichas comunidades.
Y es que la lejanía de esos poblados los hace poco atractivos: se encuentran a una distancia de casi dos horas y media de Chetumal, por lo que diariamente el médico tendría que invertir cinco horas de viaje sólo para trasladarse de ida y vuelta.
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