CIUDAD DE MÉXICO.- El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tiene un doble juego en la frontera con México. Además de su empecinamiento en construir un muro entre los dos países a costa de México, está el interés económico de una poderosa empresa productora de gas en la que fue accionista y que, en sociedad con Grupo Carso, de Carlos Slim, le venderá a partir de este año combustible a la Comisión Federal de Electricidad (CFE).
El propósito es que con ese gas la CFE genere energía eléctrica más barata para las empresas estadunidenses que producen en la frontera de Chihuahua con Texas.
El gas llegará a través de dos ductos autorizados por el gobierno de los Estados Unidos, aprovechando el Tratado de Libre Comercio con América del Norte, el mismo que Trump quiere revisar por considerar que ha sido ventajoso para México.
Trump y Slim se reunieron el 17 diciembre pasado en la residencia de descanso del presidente estadunidense en Mara-a-Lago, Florida, luego de que durante su campaña presidencial el republicado acusó a Slim de apoyar a su oponente, Hillary Clinton, a través del periódico The New York Times, del que es accionista el empresario mexicano, el cuarto hombre más rico del mundo.
En la conferencia de prensa del viernes 27 realizada en las oficinas centrales de Inbursa, en la Ciudad de México, ante el clima de enfrentamiento que creó Trump con México en su primera semana de gobierno, Slim aseguró que el encuentro con el magnate en Florida no fue una cena “uno a uno”, sino “tres a tres”, y “no fue romance”, además de que definió al presidente estadunidense no como un terminator, sino como un negotiator.
Slim, quien a mediados de enero anunció que creará un canal de televisión en español en Estados Unidos, no quiso hablar más de la cena con Trump.
Fuente: Proceso
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