WASHINGTON, EU.-El segundo gran resbalón de la Administración de Donald Trump en solo tres semanas de mandato tuvo lugar en la noche del lunes. Michael Flynn, consejero de seguridad nacional del presidente, anunció su dimisión a las 11 de la noche de Washington tras revelar la prensa que tuvo contactos con el Kremlin y que mintió al respecto a altos cargos del Gobierno. Según anunció la Casa Blanca, le sustituye por ahora el general Joseph Kellogg, jefe de gabinete del Consejo de Seguridad Nacional del presidente. Este escándalo, que conlleva la primera dimisión del equipo de Trump en estas primeras semanas de Gobierno, se suma al bloqueo judicial del decreto migratorio.
La presión en torno a Flynn, un general retirado cuya cercanía con Rusia levantó ampollas desde el principio, fue creciendo desde que a finales de la semana pasada saliera a la luz una reunión que mantuvo en diciembre con el embajador ruso en Washington, Sergei Kislyak. En esa conversación, el ya exconsejero del presidente supuestamente habló sobre las sanciones a Rusia impuestas por los ciberataques que los servicios de inteligencia achacan a Moscú.
Según The Washington Post, la ex fiscal general en funciones, Sally Yates (destituida por Trump por negarse a defender el veto migratorio en los tribunales) informó el mes pasado a la Casa Blanca de que Flynn habría mentido a altos cargos del Gobierno -entre ellos, al vicepresidente, Mike Pence- acerca de la naturaleza de la conversación, y advirtió de que el asesor era “potencialmente vulnerable” a chantaje por parte de Rusia. El puesto de Flynn es uno de los más cercanos al presidente. El hecho de que la Casa Blanca supiera desde hace un mes que las relaciones de Flynn con el embajador ruso eran sospechosas, o al menos no las que él había dicho, hace presumir que el escándalo no terminará con la dimisión.
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