El Departamento de Defensa de Estados Unidos decidió enviar bombas de racimo a Ucrania, a pesar de las preocupaciones generalizadas sobre el riesgo de víctimas civiles. Según fuentes anónimas del Pentágono, las bombas serán enviadas con una tasa reducida de fallas, lo que significa que tendrán menos municiones que no explotan inicialmente y que podrían causar muertes civiles posteriormente.
Las bombas de racimo, solicitadas por Ucrania desde hace tiempo, se abren en el aire y dispersan submuniciones a lo largo de una zona extensa para destruir varios objetivos simultáneamente.
Funcionarios estadounidenses, que hablaron bajo condición de anonimato, indicaron que las fuerzas rusas ya utilizan bombas de racimo en el campo de batalla y en áreas civiles densamente pobladas.
El Comité Internacional de la Cruz Roja ha señalado que algunas municiones de racimo dejan una gran cantidad de submuniciones sin explotar, llegando hasta el 40 por ciento en algunos casos. Sin embargo, los funcionarios estadounidenses afirman que la tasa de municiones sin explotar en las armas que se enviarán a Ucrania es inferior al 3 por ciento, lo que representaría un riesgo menor para los civiles.
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