CARACAS, VENEZUELA. –El régimen de Nicolás Maduro ha comenzado a cumplir sus amenazas. En la madrugada, los dirigentes opositores venezolanos Leopoldo López y Antonio Ledezma, que se encontraban bajo arresto domiciliario, fueron detenidos en sus casas de Caracas por agentes de la policía política y volvieron a la prisión militar de Ramo Verde. El Tribunal Supremo de Justicia alegó que ambos planeaban fugarse, pero esa institución no presentó ninguna prueba de esa acusación. Esta maniobra se produjo apenas 24 horas después de las elecciones de una Asamblea Constituyente que según el Gobierno hubiera tenido que mejorar la convivencia y demuestra el fracaso de las conversaciones entre el chavismo y la oposición, ahora más enfrentados que nunca.
Venezuela vislumbró a principios de julio un resquicio de diálogo. Tres semanas antes de la votación del pasado domingo que pretende desmantelar el Parlamento elegido en 2015, la justicia concedió el arresto domiciliario a Leopoldo López, el preso político más significado de Maduro. Parecía un gesto, al que accedió el presidente en busca de un balón de oxígeno ante la presión social. Entre las fuerzas de la alianza opositora Mesa de Unidad Democrática (MUD) se especulaba incluso sobre la posibilidad de nuevas liberaciones. Pero era un espejismo.
Tanto López como Antonio Ledezma, recluso en su domicilio desde hace dos años, han vuelto a la cárcel. Agentes del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin), acudieron a sus residencias y les sacaron en medio de la noche. Fue Lilian Tintori, esposa del exalcalde del municipio caraqueño de Chacao, quien dio el aviso. Comunicó a través de Twitter que unos agentes se acababan de “llevar a Leopoldo de la casa”, a la que había regresado el pasado 8 de julio. “No sabemos dónde está ni adónde lo llevan. Maduro es responsable si algo le pasa”, afirmó. “El Sebin se acaba de llevar al alcalde Ledezma”, aseguró, por su parte, el diputado de la MUD Richard Blanco, sobre el arresto del exregidor del municipio Libertador de Caracas. Ambos dirigentes han sido acusados y condenado por supuestamente instigar protestas.
El Tribunal Supremo de Justicia de Venezuela (TSJ), el mismo órgano que a finales de marzo suspendió las competencias del Parlamento y desató la oleada de protestas que ha dejado más de 120 muertos, aseguró que los dos dirigentes opositores planeaban fugarse. Sin embargo, no presentó ninguna evidencia de esa acusación y se remitió a una supuesta información confidencial obtenida de los servicios de inteligencia. “Se recibió por fuentes de inteligencia oficial información que daba cuenta de un plan de fuga de dichos ciudadanos, por lo cual, y con la urgencia del caso, se activaron los procedimientos de resguardo correspondientes”, sostuvo el tribunal en un comunicado. Tanto la oposición como los abogados de los exalcaldes negaron rotundamente esa circunstancia.
La detención, que se produce en medio de un clima de elevadísima tensión social y política y con el país prácticamente dividido, contribuyó a aumentar las condenas de la comunidad internacional. El Gobierno estadounidense rechazó la decisión de Maduro a través del subsecretario adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental, Francisco Palmieri. “Esta acción es una prueba más del autoritarismo del régimen”, escribió en Twitter. El Departamento de Estado exigió la “inmediata” liberación de los dos arrestados. “Me preocupa profundamente que los líderes opositores Leopoldo López y Antonio Ledezma hayan sido nuevamente puestos bajo custodia de las autoridades venezolanas tras la revocación de su arresto domiciliario”, manifestó por su parte el alto comisionado de Derechos Humanos de la ONU, Zeid Ra’ad Al Hussein.
Las detenciones se produjeron apenas 24 horas después de la celebración de la votación de la Asamblea Nacional Constituyente impulsada por el presidente Maduro y rechazada por las fuerzas opositoras, que no presentaron candidatos. (Fuente: El País).
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