Escuche mientras lee: “Looser” del angelino “Beck”; en los hechos, el himno de todos los integrantes del Congreso del Estado de Quintana Roo. “Soy un perdedor / I’m a loser baby so why don’t you kill me?”
Perdedores, gatos, chimpancés, levantadedos, vividores, esbirros de quien les ofrezca más dinero o les garantice la continuidad de su patética y dependiente vida parasitaria.
Sí, estoy hablando de TODOS los integrantes de la XVI Legislatura del estado de Quintana Roo; los diputados y las diputadas de una Legislatura que nació muerta en lo que se refiere a sus objetivos; el principal de ellos, REPRESENTAR LOS INTERESES DE LOS QUINTANARROENSES.
Desde la primera sesión ordinaria, en la que rindieron protesta como diputados esta runfla de perdedores; a ésta llegó quien en todo momento se ostentó como “Senadora de la República” con una manada de rufianes y vándalos pagados –iba yo a escribir “mercenarios”, pero, también son de lo más rascuache; un grupito de agitadores que se dejan contratar por una torta y un ‘Boing’-.
Una Senadora de la República que llegó a interferir con el trabajo de un PODER estatal y les reventó la sesión, y se defecó en todos y éstos LOOSERS, se quedaron como el cobarde que ni las manos mete.
Permítame preguntarlo… ¿por qué? Resulta que la Chimol… disculpe usted, que la senadora de la República Marybel Villegas, al gritar permanentemente, “soy una Senadora de la República” y arengar a un grupo de vándalos, resulta que vulneró la autonomía de un Poder estatal.
Pero el asunto es aún más grave porque, la autonomía se rompió con la injerencia de otro Poder, pero en este caso, del Gobierno de la República, ¿Qué acaso no fue tan grave que ameritaba la intervención del Poder Judicial de la Federación para atender un tema que, para los quintanarroenses resulta de suma importancia; lo que se puso en riesgo, fue la relación Federación-Estado; ¿quién pidió a los nuevos diputados que dejaran todo como estaba?
Diría el excelso Bill: “That´s the Question”.
Y de allí, una larguísima lista de incumplimientos, desencuentros, pleitos internos dentro de los propios partidos políticos, agandalles, auto-imposiciones; y en especial, conflictos de intereses que a los y las diputadas les encanta exhibir como si se tratara de un logro, cuando en realidad es un trozo inmenso de inmundicia colgando de sus desaseadas espaldas bajas.
Sólo un pequeñísimo ejemplo de uno de muchos conflictos de interés; ¿sabe usted quién encabeza la Comisión de Movilidad del Congreso del estado?, pues ni más ni menos que la diputada Erika Guadalupe Castillo Acosta, hija de Eric Castillo Alonso, ex dirigente y aún integrante del Sindicato de Taxistas de Cancún.
Pero también están las promesas de campaña que no se cumplieron, en especial las que hizo en su momento el imberbe y sujeto de una demanda penal por fraude, Gustavo Miranda; o la panista que sólo se atrevió a hacer una timorata solicitud de juicio político contra Laura Beristain, pero sólo por lo que hace al nombramiento de un delegado y no por el fraude que ya es del conocimiento general.
Faltaron los vividores, pero de una u otra forma, lo son todos, pero hay casos destacadísimos, y si no me cree, pregúntele al “próspero” Hernán Villatoro.
En fin, acá desde las tribunas, queridos diputados, La Banda les dejamos un afectuoso saludo…
Ciao.
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