El emperador de Japón quiere abdicar

La ley que regula el sistema imperial no contempla la abdicación, por lo que el Parlamento tendría que intervenir para modificarla

TOKIO, Japón.- Akihito, de 82 años, expresó su preocupación sobre su capacidad para continuar cumpliendo con sus obligaciones, sugiriendo que esperaba una reforma de las leyes que le obligan a ejercer hasta su muerte.

El emperador de Japón, Akihito, manifestó ayer su preocupación por la creciente dificultad que enfrenta para cumplir con sus obligaciones debido a sus problemas físicos, sugiriendo que esperaba una reforma de las leyes que lo obligan a ejercer hasta su muerte.

“Cuando tomo en consideración que mi estado físico va gradualmente en declive, me preocupa que sea cada vez más difícil para mí hacer frente a mis deberes como símbolo del Estado con todo mi ser como he hecho hasta ahora”, dijo el emperador, de 82 años.

“No es posible seguir reduciendo perpetuamente las actividades del emperador” a medida que este se va haciendo mayor, indicó Akihito, que dijo temer que si su salud empeora, “como hemos visto en el pasado, la sociedad se paralice” y la vida de los ciudadanos se vea afectada.

Inmediatamente después del mensaje, el primer ministro de Japón, Shinzo Abe, señaló que tomará en consideración los pensamientos de Akihito. “Tenemos que estudiar seriamente qué podemos hacer en respuesta a las preocupaciones del emperador”, dijo.

La Constitución japonesa define al emperador como “símbolo del Estado y de la unidad del pueblo” pero no le concede poder político. Además, la ley que regula el sistema imperial no contempla la abdicación, por lo que el Parlamento tiene que intervenir para modificarla.

“Fue hace unos años, después de mis dos cirugías, que empecé a sentir un declive en mi condición física debido a mi avanzada edad”

Ya desde julio comenzaron las especulaciones acerca del deseo de abdicar de Akihito en favor de su hijo Naruhito, de 56 años, antes de caer demasiado enfermo como para seguir cumpliendo con sus funciones.

Akihito ascendió al Trono del Crisantemo en enero de 1989 tras la muerte de su padre, Hirohito, que era considerado como un dios en el país hasta la derrota japonesa en la Segunda Guerra Mundial.

El emperador ha venido sufriendo varios problemas de salud desde que fue tratado de un cáncer de próstata en 2003. En 2008 sufrió problemas relacionados con el estrés, como una úlcera, en 2011 fue hospitalizado por más de dos semanas por una neumonía y al año siguiente le hicieron un bypass cardíaco.

“Fue hace unos años, después de mis dos cirugías, que empecé a sentir un declive en mi condición física debido a mi avanzada edad”, dijo Akihito. “Empecé a pensar en el futuro (…) y lo que sería mejor para el país, para la gente, y también para la familia imperial que vendrá después de mí”.

Aunque la decisión tomó a los ciudadanos por sorpresa, la mayoría la comprende y la apoya. Según una reciente encuesta de la agencia Kyodo, el 85,7 por ciento de los japoneses aceptaría una abdicación, frente a un 10,8 por ciento que preferiría que todo siguiera sin cambios. Un 89,5 por ciento de los encuestados también dijo que cree que el emperador tiene demasiadas tareas oficiales.

El mensaje televisado de hoy es el segundo de este tipo después de la emitida en 2011 en respuesta al terremoto y tsunami que azotaron al país. La familia imperial japonesa afirma ser el linaje hereditario más antiguo del mundo, con más de 2.600 años de antigüedad. El último emperador en abdicar fue Kokaku en 1817, hace casi 200 años.

Nota y fotos: Clarín

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