CANCÚN, Q. ROO.- La colonia irregular El Fortín, de la ciudad de Cancún, está convertida en una verdadera zona de desastre y desgarradora desolación, en la que decenas de familias perdieron sus viviendas, pertenencias y patrimonio logrado durante muchos años de trabajo y esfuerzo, en el desalojo forzado del jueves pasado.
Y es que un sinnúmero de mujeres y hombres no pudieron salvar sus pertenencias, porque no consiguieron transporte de carga o porque se encontraban trabajando y nunca se enteraron que las autoridades les dieron de plazo para desalojar los terrenos hasta las tres de la tarde del jueves pasado. El lamento de padres e hijos era conmovedor.
En el lote 01, manzana 06, Región 237, había 85 viviendas de diferentes materiales de construcción, desde hogares hechos con concreto hasta humildes palapas edificadas con madera, láminas y cartón; todas fueron destruidas en su totalidad con maquinaria pesada y camiones de carga, y decenas de ellas, incendiadas para obligar a sus habitantes a desalojar.
Desde las primeras horas hasta las dos de la tarde de este viernes, el Cuerpo de Bomberos tuvo que echar mano de buena parte de su fuerza humana y vehicular y de varios miles de litros de agua, pues al mismo tiempo se incendiaban 10 viviendas de láminas y cartón. Las escenas en el lugar de los hechos y las historias de vida simplemente eran dolorosas.
“En este momento son 10 las viviendas incendiadas. Hay muchas familias con niños, por lo que les estamos pidiendo que no se acerquen porque es peligroso el fuego y el humo, es muy toxico. Nosotros desconocemos quien incendia, nosotros no sabemos quién prende fuego, solamente estamos combatiendo el fuego”, señaló el bombero, Carlos Mario.
“Yo, ayer no tuve tiempo de sacar mis cosas, y supuestamente me iban a dar tiempo de sacarlas, pero ya me demolieron mi casa, ya no tengo nada. Ayer estuve acá hasta las ocho de la noche que comenzaron los balazos, y me dijeron que me fuera por las buenas o me sacaban por las malas”.
“Mi esposo tenía un taller de herrería, perdimos bastantes máquinas. Ahorita yo regresé y no hay nada, es una verdadera injusticia, no se vale, yo le exijo al gobierno que se ponga en mi lugar. Yo no tengo un lugar a dónde ir, ahorita estoy en el plantón en el Palacio Municipal. Mi casa era una estructura de herrería, y toda me la demolieron”, dijo entre llantos y lamentos la madre de familia, Lilia Loria Tun.
Entre destrucción, incertidumbre para las 85 familias desalojadas y penosas historias, los trabajos de desalojo y limpia del terreno continuaron hasta altas horas de la noche, lo mismo que los agentes de la Policía Preventiva y de Tránsito mantuvieron cerrado todo el Arco Vial (Periférico), afectando a cientos de automovilistas y estudiantes de la Universidad del Caribe.
Fotos: Francisco Javier Robles
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