PLAYA DEL CARMEN, Q. Roo.- Acusaciones de violación, desvío de fondos y corrupción pesan sobre Miguel Ramón Martín Azueta, expresidente municipal de Solidaridad que recientemente fue nombrado enlace de Agenda Legislativa en el equipo de transición del gobernador electo, Carlos Joaquín González.
Si bien Joaquín González aclaró que quienes integran el equipo de transición no necesariamente serán parte de su gabinete, la presencia de varias personas incomodó en la sociedad quintanarroense.
Uno de quienes ganó más comentarios negativos fue Martín Azueta, pues una persona con su cuestionable pasado sólo empaña la figura del mandatario electo y genera especulaciones sobre si realmente se dará el cambio prometido.
Medios de comunicación como Novedades de Quintana Roo han dado a conocer el negro expediente de Martín Azueta, principalmente la denuncia por violación interpuesta por una mujer que se desempeñaba como secretaria de presidencia durante el trienio del hoy enlace.
Los hechos quedaron asentados en la averiguación previa 529/2000, pero Martín Azueta nunca pisó la cárcel. Tampoco lo hizo su hijo, Jorge Miguel Martín Álvarez cuando, haciéndose pasar por un narcotraficante amenazó de muerte y encañonó con una pistola a un mecánico.
Historial de fracasos
Lamentable ha sido la historia de Martín Azueta en la función pública y fuera de ella. Como presidente municipal engañó a las instancias federales al dar la anuencia para la construcción del muelle de Ultramar, el cual en un principio tendría seis metros de largo y acabó siendo de 12 metros.
El poco interés de Martín Azueta por ayudar a la población de Solidaridad se reflejó al inicio de su administración (1999-2002) al no dar seguimiento al proyecto de operación del rastro municipal, construido en 1988 por el ex alcalde Rafael Medina Rivero e inaugurado al año siguiente, seis meses antes de que tomara el poder. Las instalaciones que se convirtieron en un “elefante blanco”. Hoy en día los carniceros y tablajeros compran la carne en Cancún.
En junio de 2002 Martín Azueta fue arrestado brevemente en la zona hotelera de Cancún por conducir en estado de ebriedad y provocar un accidente, época en la que fue nombrado representante de gobierno en la zona norte, pero fue liberado por orden del exgobernador Felix González Canto.
En 2004 incursionó como empresario de medios de comunicación al abrir el periódico El Quintanarroense, que quebró tras una década de vida. El medio de comunicación oficialista presuntamente fue utilizado para lavado de dinero del crimen organizado e igual sirvió para presionar a políticos y empresarios.
En el ojo del crimen organizado
Los presuntos nexos de Martín Azueta con el crimen organizado quedaron en evidencia en 2011, cuando sufrió un atentado en la carretera federal.
En el ataque murió su contador Rolando Gómez Carrillo. A partir de ese entonces Martín Azueta desapareció de la escena pública y no se volvió a saber de él hasta el inicio de la campaña de Carlos Joaquín.
Un funcionario gris
Tras el término de su encargo como presidente municipal, Miguel Ramón Martín Azueta fue nombrado titular de la Comisión para la Juventud y el Deporte de Quintana Roo (Cojudeq) y desde donde poco o nada hizo por los jóvenes deportistas quintanarroenses.
Durante la gubernatura de Félix González Canto recibió la gerencia de la pasteurizadora de leche y queso en Bacalar, en la que el gobierno invirtió 10 millones de pesos para su operación y de la que no se cumplieron las metas de procesar 30 mil litros de leche diarios, por lo que cerró y los ganaderos nunca recibieron el pago por el producto entregado.
Otra de las empresas que montó Martín Azueta fue la embotelladora Peñafiel, en la que tampoco tuvo éxito. Casi en la quiebra dejó al Colegio Mayaland, cuya administración fue rentada a él por Walter Puc Novelo cuando este era comisario ejidal.
Ahora presume haber sido “rescatado” por el gobernador electo que tendrá que decidir si incluye en su gabinete final a una figura tan “quemada” como el expresidente de Solidaridad.
El Quintana Roo
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