Familias destrozadas oraban este sábado en Tailandia por las víctimas de una matanza en una guardería, tras recibir el apoyo del rey, que acudió a “compartir su dolor” en una inusual visita a sus súbditos.
El monarca, de 70 años, visitó el viernes por la noche el hospital de Nong Bua Lamphu, donde están siendo atendidos los heridos de uno de los peores ataques en la historia del país, que dejó 36 muertos, entre ellos 24 niños.
Los familiares de las víctimas se reunieron en un templo budista el sábado, marcando el inicio de tres días de rituales funerarios.
El incienso se mezclaba con el olor de los ramos de flores colocados alrededor de los ataúdes, muchos de ellos acompañados de fotos de los rostros sonrientes de los niños, asesinados por Panya Khamrab, un expolicía.
El rey Maha Vajiralongkorn ofreció el viernes por la noche condolencias y ayuda a los supervivientes y las familias en duelo.
Entre las víctimas también figuraba una profesora embarazada, Supaporn Pramongmuk, según explicó su marido en Facebook en un emotivo mensaje de adiós.
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