Una tragedia ambiental en la región del Golfo de Ulloa en Baja California Sur, se reportó por la muerte masiva de lobos marinos (Zalophus californianus), especie “Sujeta a Protección Especial”, de acuerdo a la Norma Oficial Mexicana 059.
Pescadores de la localidad hallaron al menos 150 ejemplares sin vida sobre la arena en Cabo San Lázaro, municipio de Comondú, en avanzado estado de descomposición.
Siendo esta mortandad de lobos marinos, tal vez la más grande ocurrida en México, y fue informada inmediatamente la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp).
Además de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), quienes desde el primer momento guardaron total hermetismo sobre la situación.
Fue el viernes 4 de septiembre, cuando la Profepa envió tres inspectores federales desde oficinas centrales en la Ciudad de México.
Para abrir un acta administrativa, iniciar la investigación, tomar muestras de los cadáveres y solicitar las pruebas de laboratorio para conocer las causas de la muerte de los 150 ejemplares.
Justo en la punta norte de Cabo San Lázaro, que es una playa que se inunda completamente conforme sube la marea, hay un risco enorme que sirve de hábitat para los lobos marinos (lobera).
En el manejo de los cadáveres, participaron integrantes de la Red de Varamiento de Mamíferos Marinos de La Paz, a quienes también la Profepa les ordenó guardar silencio y no compartir información o imágenes sobre lo ocurrido.
De primer momento, se pensó que los lobos marinos pudieron haber muerto por la presencia de marea roja, pero hasta el momento la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), no ha emitido ninguna alerta para la región.
Expertos en mamíferos marinos consultados sugieren que la pesca incidental pudo ocasionar esta muerte masiva de lobos marinos, que tal vez quedaron atrapados en grandes redes de encierro como las utilizadas para la captura del atún.
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