CIUDAD DE MÉXICO.- Reporteros sin Fronteras (RSF) publica el 18 de diciembre su balance anual de las agresiones cometidas contra periodistas en el mundo. En 2018, 80 periodistas fueron asesinados, 348 se encuentran detenidos y 60 están secuestrados. Cifras en aumento que reflejan una violencia inédita contra los periodistas.
Se trate de asesinatos, de encarcelamientos, de secuestros o de desapariciones forzadas, en 2018 se registró un claro aumento de los actos de violencia cometidos contra periodistas en el mundo. Así lo revela Reporteros sin Fronteras (RSF) en su balance anual.
En su balance anual de las agresiones cometidas contra periodistas en el mundo, RSF lamentó que en 2018 aumentó 15 por ciento el índice de asesinatos de periodistas en el mundo en contraste con los 55 que ocurrieron el año anterior.
RSF advirtió que en México “abundan los predadores de la prensa” donde los periodistas que trabajan en temas relacionados con la corrupción de los políticos, sobretodo locales, o con el crimen organizado, a menudo son víctimas de intimidaciones, agresiones, asesinatos.
El año 2018 fue particularmente mortífero: 80 periodistas fueron asesinados cuando desempeñaban su labor informativa (+8%). En los últimos tres años el número de periodistas profesionales asesinados había descendido; no obstante, en 2018 hubo un aumento de 15%: se registraron 63 asesinatos, mientras que en 2017 fueron 55.
El asesinato del columnista saudí Jamal Khashoggi y el del joven periodista de datos eslovaco Jan Kuciak, que tuvieron mucho eco en los medios de comunicación, muestran la inconmensurable determinación de los enemigos de la libertad de prensa. Más de la mitad de los periodistas asesinados en 2018 fueron atacados de forma deliberada.
“Los actos de violencia contra los periodistas alcanzan un nivel inédito este año; todos los indicadores están en rojo”, señaló Christophe Deloire, Secretario General de RSF.
“El odio a los periodistas proferido –incluso reivindicado– por líderes políticos, religiosos y hombres de negocios sin escrúpulos, tiene consecuencias dramáticas y se traduce en un aumento muy preocupante de las violaciones a los derechos de los periodistas. Estos sentimientos de odio, multiplicados a través de las redes sociales –que tienen gran responsabilidad en estos hechos–, su usan para legitimar los actos de violencia y debilitan poco a poco cada día el periodismo y, con él, la democracia”, añadió.
Cuando RSF publicó su última edición de la Clasificación Mundial de la Libertad de Prensa, en abril pasado, nuestra organización expresó su gran preocupación por el odio a los medios de comunicación expresado por dirigentes políticos, así como por la voluntad de los regímenes autoritarios de exportar sus contramodelos.
El 24 de julio pasado asesinaron en Playa del Carmen al periodista Rubén Pat a pesar de que solicitó medidas de protección urgentes a las autoridades, quienes le otorgaron un ‘botón de pánico’ y un GPSM; un mes antes fue asesinado otro periodista del mismo medio de comunicación, José Guadalupe Chan Dzib en Felipe Carrillo Puerto.
Los periodistas detenidos y secuestrados, aún más numerosos
En 2018 Afganistán fue el país más mortífero para los periodistas, 15 de ellos perdieron la vida en él; le siguen Siria (11) y México (9), país en paz más peligroso para el gremio periodístico. Otro hecho notable: Estados Unidos se ubica este año entre los países más mortíferos del mundo, tras el letal tiroteo contra la redacción de The Capital Gazette.
El número de periodistas detenidos en el mundo también se incrementó: 348 en 2018, frente a 326 en 2017. Al igual que el año pasado, más de la mitad de los periodistas encarcelados se encuentra en las prisiones de cinco países: Irán, Arabia Saudita, Egipto, Turquía y China, país que sigue siendo la mayor prisión del mundo, pues 60 periodistas están encarcelados en él; tres cuartos de ellos son periodistas-ciudadanos.
El número de periodistas secuestrados también aumentó, 11%: en 2018, 60 se encuentran como rehenes; en 2017 eran 54. 59 de los reporteros secuestrados están cautivos en Oriente Medio (en Siria, Irak y Yemen). De ellos, seis son periodistas extranjeros. A pesar de la derrota del Estado Islámico en Irak y de su retroceso en Siria, se posee poca información sobre la suerte de estos rehenes.
Sólo se tuvieron noticias del periodista japonés Jumpei Yasuda, quien fue liberado tras tres años de cautividad en Siria, y de un periodista ucraniano, que aún está en manos de las autoproclamadas autoridades de la “República Popular de Donetsk (DNR)”, que lo acusan de ser un espía. RSF registró tres nuevos casos de periodistas desaparecidos en 2018: dos en América Latina y uno en Rusia.
El Balance anual de agresiones cometidas contra periodistas, que RSF elabora desde 1995, se basa en datos precisos. RSF recaba de manera minuciosa información que le permita señalar con certeza o con la mayor fiabilidad, que la detención, el secuestro, la desaparición o la muerte de un periodista es consecuencia directa del ejercicio de su profesión.
Esta cifra incluye a periodistas profesionales, periodistas-ciudadanos (personas que ejercen el periodismo sin que ésta sea su profesión) y colaboradores de los medios de comunicación.
Sobre Reporteros sin Fronteras
Reporteros sin Fronteras (RSF) es una organización no gubernamental, independiente y sin fines de lucro. En Francia está reconocida como una organización de interés público. Cuenta con un estatus consultivo ante la ONU, la Unesco, el Consejo de Europa, la Organización Internacional de la Francofonía (OIF) y la Comisión Africana de Derechos Humanos y de los Pueblos. Tiene su sede en París y posee oficinas, secciones o representantes en 17 ciudades (Berlín, Bruselas, Ginebra, Helsinki, Estambul, Karachi, Kiev, Londres, Madrid, México, Río de Janeiro, San Francisco, Estocolmo, Taipéi, Túnez, Viena, Washington), así como corresponsales en 130 países; también cuenta con la colaboración de una quincena de organizaciones locales asociadas. (Fuente: Reporteros sin Fronteras/Reporte Índigo)
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