En Madrid, España habilitaron una pista de patinaje de hielo para almacenar cadáveres.
En Guayaquil, Ecuador, a principios de abril, había tantos cadáveres que podían verse en las calles y muchas familias pasaron días con los cuerpos de sus seres queridos dentro de sus casas.
En Sao Paulo, Brasil, los sepultureros están cavando decenas de fosas en el cementerio más grande del país, que ya tiene más de 1,5 millones de tumbas.
El coronavirus ha saturado el sistema de salud y el sistema funerario de varios países igualmente a medida que los casos superan los 2,6 millones y 181.000 muertes a nivel global.
Muchos se han preguntado, ¿Pueden los muertos por COVID-19 transmitir el virus?
Para el Dr. Elmer Huerta, especialista en Salud Pública, la respuesta corta es que sí.
“Existe toda una clasificación de los patólogos los forenses para determinar si un cadáver puede ser contagioso y los de covid-19 están una categoría menos que el ébola”
“Por eso se dice que las personas no deben acercarse al familiar, no deben abrazarlo, y deben ser cremados. Son las secreciones que puede tener el cadáver las que pueden ser contagiosas”
Según una guía de la Organización Mundial de la Salud del 24 de marzo, solo los pulmones de los pacientes, “si se manejan mal durante una autopsia, pueden ser infecciosos”.
No obstante, aclaran que para manejar un cadáver, el personal funerario o forense debe usar protección facial, mascarillas, gafas, guantes y batas si hay riesgo de estar en contacto con fluidos o secreciones de los cuerpos.
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