Emilio Lozoya fue detenido en Málaga, España el pasado 13 de febrero.
Posteriormente se le trasladó a una cárcel en Madrid durante se desarrollaba el juicio de extradición.
En todo ese lapso no se reportaron problemas de salud del exfuncionario del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto.
En su traslado a la Ciudad de México, lo que debió ser una puesta a disposición ante los jueces que ordenaron su captura se convirtió en un traslado a un hospital por problemas de salud realizado en medio de versiones contradictorias.
Tras una inspección médica aseguraron que tenía anemia; sin embargo, autoridades españolas indicaron que no existe constancia del supuesto mal estado de salud del exdirector de Pemex.
“Fuentes penitenciarias de España dicen no tener constancia de que Lozoya tuviese algún padecimiento”, indicaron al diario Animal Político.
Fue la Fiscalía General de la República (FGR) que a través de su cuenta de Twitter que informó que un perito médico encontró anemia desarrollada y problemas sensibles en el esófago por lo que lo trasladaron a un hospital privado.
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