El Paseo de la Fama de Hollywood desierto; las playas de Venice y Santa Mónica, igual; comercios cerrados y las autopistas libres: los habitantes de Los Ángeles acataron la orden de confinamiento para frenar la pandemia del coronavirus.
El gobernador Gavin Newsom ordenó a los casi 40 millones que viven en California –quinta economía del mundo– a permanecer en sus casas desde el viernes a las 00H00 y limitar el contacto social para evitar la propagación de la COVID-19.
A lo largo del Paseo de la Fama, normalmente repleto de turistas tomándose fotos junto a las estrellas de las celebridades que cubren la calzada, solo se podían ver algunas personas, la mayoría indigentes.
Tiendas de recuerdos cerradas, al igual que el famoso Teatro Chino, daban una sensación escalofriante a la zona. Los autobuses turísticos que el jueves funcionaron con muy pocos clientes, también habían desaparecido.
“Es bastante extraño porque estas calles siempre estaban llenas de gente”
dice Pablo Navas, uno de los pocos turistas que pasean por bulevar Hollywood este viernes.
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