A petición del abogado de García Luna, su esposa Linda Cristina Pereyra subió al estrado como testigo este martes mujer durante el juicio en Nueva York.
Pereyra justificó los ingresos y propiedades familiares que la Fiscalía había presentado previamente como producto de los sobornos que su marido presuntamente recibió de los carteles.
Pereyra aseguró que sus ingresos y la posterior compraventa de inmuebles fueron aumentando desde que se conocieron en 1989 -cuando ambos trabajaban en el Centro de Investigación en Seguridad Nacional de México- a medida que García Luna fue ascendiendo en sus cargos y mejorado su remuneración salarial.
La testigo afirmó que las distintas viviendas y negocios que fueron adquiriendo y en ocasiones vendiendo posteriormente se compraron gracias a la obtención de préstamos e hipotecas.
Según Pereyra, dichas compras también fueron posibles gracias a distintos bonos recibidos por García Luna en su trabajo, así como al dinero que recibió al finalizar su labor al frente de la Agencia Federal de Investigación en 2006.
La Fiscalía mostró al jurado imágenes de un auto antiguo y de motocicletas de García Luna como evidencia de los supuestos sobornos y preguntó a su esposa por qué el acusado tenía vehículos de estas características.
Pereyra respondió que su marido era aficionado a coleccionarlos y dijo que, junto a su hermano, los reparaban para luego venderlos en algunas ocasiones.
En otro momento de su declaración, la mujer mostró las facturas de dos motocicletas Harley-Davidson de su propiedad.
MOTO DE REGALO
El narcotraficante Sergio Villarreal, alias el Grande, aseguró en su declaración en el juicio que el clan de los Beltrán Leyva le había regalado una moto a García Luna por apoyar al cartel de Sinaloa.
“Yo vengo a apoyar a mi esposo, pero con la verdad”, aseguró Pereyra, quien mostró declaraciones patrimoniales en las que se habrían incluido todos los ingresos de los distintos negocios del matrimonio.
De manera paralela a este caso, la Unidad de Inteligencia Financiera de México lidera otro litigio en Estados Unidos contra García Luna y otros implicados por una supuesta trama de corrupción mediante la que habrían robado US$745,9 millones del erario mexicano.
Está previsto que este miércoles ambas partes pronuncien sus alegatos finales, de ser hallado culpable, García Luna podría recibir una pena de entre 10 años y cadena perpetua.
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A petición del abogado de García Luna, su esposa Linda Cristina Pereyra subió al estrado como testigo este martes mujer durante el juicio en Nueva York.
Pereyra justificó los ingresos y propiedades familiares que la Fiscalía había presentado previamente como producto de los sobornos que su marido presuntamente recibió de los carteles.
Pereyra aseguró que sus ingresos y la posterior compraventa de inmuebles fueron aumentando desde que se conocieron en 1989 -cuando ambos trabajaban en el Centro de Investigación en Seguridad Nacional de México- a medida que García Luna fue ascendiendo en sus cargos y mejorado su remuneración salarial.
La testigo afirmó que las distintas viviendas y negocios que fueron adquiriendo y en ocasiones vendiendo posteriormente se compraron gracias a la obtención de préstamos e hipotecas.
Según Pereyra, dichas compras también fueron posibles gracias a distintos bonos recibidos por García Luna en su trabajo, así como al dinero que recibió al finalizar su labor al frente de la Agencia Federal de Investigación en 2006.
La Fiscalía mostró al jurado imágenes de un auto antiguo y de motocicletas de García Luna como evidencia de los supuestos sobornos y preguntó a su esposa por qué el acusado tenía vehículos de estas características.
Pereyra respondió que su marido era aficionado a coleccionarlos y dijo que, junto a su hermano, los reparaban para luego venderlos en algunas ocasiones.
En otro momento de su declaración, la mujer mostró las facturas de dos motocicletas Harley-Davidson de su propiedad.
El narcotraficante Sergio Villarreal, alias el Grande, aseguró en su declaración en el juicio que el clan de los Beltrán Leyva le había regalado una moto a García Luna por apoyar al cartel de Sinaloa.
“Yo vengo a apoyar a mi esposo, pero con la verdad”, aseguró Pereyra, quien mostró declaraciones patrimoniales en las que se habrían incluido todos los ingresos de los distintos negocios del matrimonio.
De manera paralela a este caso, la Unidad de Inteligencia Financiera de México lidera otro litigio en Estados Unidos contra García Luna y otros implicados por una supuesta trama de corrupción mediante la que habrían robado US$745,9 millones del erario mexicano.
Está previsto que este miércoles ambas partes pronuncien sus alegatos finales, de ser hallado culpable, García Luna podría recibir una pena de entre 10 años y cadena perpetua.
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