Angélica Rivera Hurtado contrajo matrimonio con el entonces gobernador del Estado de México, Enrique Peña Nieto, el 27 de noviembre de 2010 en una ceremonia religiosa celebrada en la Catedral de la Ciudad de Toluca.
El enlace acaparó todos los reflectores mediáticos, desde aquellos con línea política hasta la prensa de espectáculos; eran la “pareja del momento” y acababan de unir sus vidas.
En 2010, tanto Angélica Rivera como Enrique Peña Nieto se encontraban en el ojo del huracán político y mediático debido a que ya se encontraba en puerta la carrera por la presidencia en 2012 en la que EPN era sin duda el delfín elegido por la cúpula política del PRI para dar continuidad a la transición.
Tras el desastre que representaría el gobierno de Felipe Calderón debido a la implementación de la guerra contra el narcotráfico.
Sin embargo, para diversos medios de comunicación y periodistas, la boda y el matrimonio Peña Rivera como tal representaban una producción de ficción más.
Una de las periodistas que se dedicó a investigar sobre la entonces futura pareja presidencial fue Sanjuana Martínez, quien reveló el resultado de estas indagaciones en su libro Soy la Dueña.
En Soy la Dueña, Sanjuana Martínez revela que la boda de Enrique Peña Nieto y Angélica Rivera había sido un convenio, el cual concluiría en el momento en que terminaría el mandato presidencial de EPN, en diciembre de 2018.
Momento que ya pasó y concluyó con un mediático divorcio entre la expareja presidencial, luego de un notorio distanciamiento entre ambos en los últimos años del sexenio.
Durante este encuentro, Martínez reveló además un dato que hace referencia en su libro, la cantidad que recibiría Angélica Rivera por representar el personaje de la esposa de Enrique Peña Nieto: 84 millones de pesos, una cifra parecida al valor de la controversial “Casa Blanca” de la actriz.
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