Agencia EQR
LÁZARO CÁRDENAS, Q. ROO.- “Tengo que realizar cualquier trabajo para apoyar a mis dos hermanitos y así poder seguir mis estudios en el Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario Número 186”, destacó un joven, quien recordó que por azares del destino, llegó junto con sus padres a Kantunilkín hace nueve años, supuestamente para tener una mejor calidad de vida.
Se trata de Víctor Manuel Dzib Poot, de 18 años de edad, quien explicó que son originarios de Xuilub del vecino estado de Yucatán, pero hace cuatro años por una enfermedad falleció su mamá y su papá tuvo que irse a Cancún a trabajar.
Comentó que sólo su hermana lo apoya con los alimentos, pero en los otros gastos para continuar con su aprendizaje académico tiene que realizar desde limpieza de terrenos, vender leña o cualquier trabajo que surja con los vecinos.
Comentó que su máxima ilusión, cuando concluya la educación del nivel medio superior, sería estudiar gastronomía, pero para lograrlo tendría que irse a trabajar y estudiar a otra ciudad como Cancún, pues por ahora no cuenta con los suficientes recursos.
Señaló que para llegar al CBTA 186 se tiene que despertar muy temprano y caminar tres kilómetros, pues a diferencia de sus compañeros, no le es posible pagar un taxi, tampoco tiene bicicleta o motocicleta.
Todo esfuerzo podría ser de gran utilidad, ya que en ocasiones por ganarme unos pesos tengo que programarme para trabajar y estudiar hasta altas horas de la noche”, agregó el joven.
De igual forma dijo que al inicio de cada ciclo escolar debe pagar 500 pesos y un seguro escolar que según es una obligación para tener acceso al seguro médico.
Agregó que afortunadamente los vecinos de la zona que tienen una mejor condición económica, siempre lo contratan para realizar trabajos de limpieza de los terrenos y eso le permite ayudar a sus hermanos Alvar y Daniel.
Víctor Manuel Dzib Poot vive en una palapa hecha con material de la región como maderas, tablas y guanos en una calle sin nombre entre Lázaro Cárdenas e Independencia en la colonia Miguel Borge Martín, de esta ciudad.
Así como el caso de Víctor, hay varios niños y jóvenes que por su situación económica tienen que trabajar y estudiar, aunque también los hay quienes se dedican al consumo del alcohol y sustancias prohibidas.
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