CHETUMAL, Q. ROO.- El fin de semana pasado fue encontrado en Raudales, Othón P. Blanco, el cadáver de un manatí. Aparentemente no presentaba lesiones, sin embargo, se le practicó la necropsia para determinar las causas de la muerte del mamífero.
Es el primer espécimen que aparece muerto del que se tiene conocimiento en el 2017, aunque en el último lustro se han hallado cuerpos casi todos los años, incluso delfines.
El Comité de Varamientos, que realizará los estudios es un órgano integrado por varias instituciones de investigación y educativas, como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, el Centro de Estudios del Colegio del Sur, la Universidad Autónoma de Quintana Roo, la Secretaría de Marina y Armada de México y el Instituto Tecnológico de Chetumal, entre otras.
Por un momento se pensó que era manatí “Daniel”, pero fue descartado ya que cuenta con GPS.
Se ha especulado que estos mamíferos mueren por la falta de alimento en la zona o contaminación, pero no existe aún una investigación contundente.
Quintana Roo es la entidad con mayor presencia de manatíes en el sureste del país. La población se estima en 250 ejemplares que viven libremente entre la Bahía de Chetumal (Santuario del Manatí), en Quintana Roo, Belice y Guatemala.
El manatí antillano (Trichechus Manatus), especie del orden de los sirenios, es un mamífero marino herbívoro, cuyo hábitat original abarcaba desde Florida hasta Brasil. Llega a vivir 60 años. Los ejemplares adultos pesan entre 500 y 600 kilogramos y miden hasta tres metros de largo. La reproducción del manatí es muy lenta. El periodo de gestación es de 13 a 14 meses y en cada parto nace sólo una cría. Las hembras se vuelven a aparear hasta tres años después de parir.
Aunque carece de depredadores naturales, es una especie en peligro de extinción. Las causas de su desaparición se relacionan con las redes de los pescadores, el tráfico de lanchas, la contaminación de las aguas y el cambio de su hábitat natural.
Para evitar su extinción, en el estado de Quintana Roo se dispuso crear un espacio para su conservación: el Santuario del Manatí, Bahía de Chetumal.
Esta Área Natural Protegida abrió sus puertas en 1996 y desde entonces diversos organismos gubernamentales y no gubernamentales, instituciones privadas y organizaciones ecologistas internacionales han sumado esfuerzos para ayudar a mantenerlo. La relevancia que tiene el Santuario del Manatí se relaciona con el hecho de que sirve de hábitat para varias especies en peligro, además del manatí.
El área de 281 mil hectáreas abarca el Río Hondo, la Bahía de Chetumal y la Laguna Guerrero. Lo que equivale al 15 por ciento del área territorial de todo el estado de Quintana Roo.
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