La principal causa de mortalidad de pacientes infectados por el Coronavirus, es la insuficiencia respiratoria ocasionada por el síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA). Estudios recientes sugieren que los problemas pulmonares son el resultado de una alteración de los vasos sanguíneos.
Células endoteliales
Hasta hace poco se pensaba que el endotelio sólo se encargaba de cubrir las tuberías por las que circula la sangre, sin embargo, en las últimas décadas, las investigaciones han revelado varias funciones como el control del tono arterial, la fibrinolisis y el crecimiento vascular, además el endotelio previene la inflamación y evita la formación de coágulos sanguíneos, por lo que la alteración del endotelio es peligrosa.
Estudios recientes marcan que en la infección por el Coronavirus, las células endoteliales alteran la integridad de la barrera vascular, provocando un edema tisular (acumulación de líquido en pulmones), inflamación del endotelio (endotelitis), activación de las vías de coagulación, e infiltración descontrolada de células inflamatorias.
COVID-19 ataca los vasos sanguíneos
Cuando observaron en pacientes de COVID-19 diversos síntomas ajenos a una infección respiratoria, como daños en órganos vitales y formación de trombos, analizaron con el microscopio tejidos de pacientes fallecidos en la pandemia.
Los resultados, mostraban que el SARS-CoV-2 había infectado a las células endoteliales de los pacientes, inflamando el tejido respiratorio y el endotelio de otros órganos vitales. Eso explicaba tantas muertes rápidas de pacientes.
Los efectos del virus sobre el endotelio explicarían las formas graves de COVID-19 en pacientes pertenecientes a poblaciones no consideradas “de riesgo”, como niños y jóvenes aparentemente sanos.
¿Existe algún tratamiento para el endotelio?
En este caso se están usando las estatinas (fármaco) como tratamiento coadyuvante. Las estatinas, son conocidas por su efecto estabilizador del endotelio y su capacidad para bajar el colesterol, prevenir la coagulación y evitar la formación de placas en las arterias.
También, están realizando ensayos clínicos con varios tratamientos para corregir la disfunción endotelial. Es el caso de fármacos dirigidos contra la angiopoyetina-2, una proteína implicada en la generación de nuevos vasos sanguíneos, o del bevacizumab, un anticuerpo que puede bloquear la activación descontrolada de las células endoteliales.
Tener una respuesta definitiva puede ser muy pronto, sin embargo los tratamientos que evitan el daño endotelial podrían ser útiles para pacientes con COVID-19.
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