CIUDAD DE MÉXICO.- Con motivo del Día Mundial de la Libertad de Expresión, la ONU, a través de la Relatoría Especial sobre la Promoción y Protección de los Derechos Humanos y la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), emitieron sendos comunicados para poner de manifiesto sus preocupaciones sobre las agresiones hacia los medios y los periodistas.
La CNDH expresó su alarma sobre el número creciente de ataques a periodistas, que suman 125 homicidios de 2000 a la fecha, 13 de ellos contra mujeres, y desde 2006, 20 desapariciones y 51 atentados a los medios de comunicación, casos que en su mayoría “no han sido debidamente aclarados, ni los responsables sancionados.
Mientras los ataques continúen impunes, apuntó el organismo, “se genera un ambiente impropio para el ejercicio cotidiano de la actividad de los informadores y periodistas que propicia el que se presenten nuevas agresiones”.
Al llamar a hacer una revisión de los mecanismos de protección de periodistas para “propiciar condiciones que les permitan ejercer su trabajo con mayor libertad y seguridad”, la CNDH sostuvo que los ataques a comunicadores y medios, “vulneran el derecho a la libertad de expresión de quienes sufren los mismos, pero sus efectos trascienden a la sociedad en general, que ve afectados sus derechos a la libertad de pensamiento e información cuando se restringe su posibilidad de acceso a información veraz y objetiva generada por la actividad periodística”.
Tras reconocer la labor de los periodistas, el organismo insistió en que “la violencia contra periodistas y comunicadores es una forma de censura, de supresión de la verdad y un desafío para la justicia que la sociedad reclama”.
Por su parte, el relator especial de la ONU para la Libertad de Expresión, David Kaye, alertó sobre la existencia de una “crisis mundial” por el acoso de gobiernos a medios de comunicación críticos e independientes, por lo que hizo un llamado a “poner fin a la demonización pública” de dichos medios.
El relator de la ONU señaló que “muchos líderes consideran el periodismo como el enemigo, a los reporteros como actores malintencionados, a los usuarios de Twitter como terroristas y los blogueros como blasfemos”.
Kaye apuntó que “todos los días del año, incluido el Día Mundial de la Libertad de Prensa, quienes ejercen el periodismo se enfrentan a la censura, la criminalización, el acoso y, con demasiada frecuencia, a ataques físicos o asesinatos”.
Tras reconocer “la esencial labor” de reporteros y editores, Kaye consideró importante poner atención en “aquellos gobiernos y líderes políticos que trabajan incesantemente para socavar no sólo la práctica del periodismo, sino del derecho que goza todo el mundo en virtud del derecho internacional de derechos humanos, de buscar, recibir y dar a conocer información e ideas de todo tipo, independientemente de las fronteras y a través de cualquier medio de comunicación”.
El relator de la ONU describió un panorama en el que hay medios que han asumido “riesgos que no siempre valen la pena” debido a la dependencia económica de la publicidad y de atraer visitas a un sitio web; sobresale la concentración de medios de comunicación y la dominación estatal de medios que “dificultan una labor informativa independiente”, además de que hay periodistas independientes que “deben confrontar historias sesgadas e intencionalmente engañosas (como las ‘fake news’ y la desinformación), y subsecuentemente se ven forzados a dedicar sus limitados recursos a corregir dichas noticias y proporcionar información precisa”.
Ante este escenario y en era digital, “el papel del periodismo como salvaguarda ante los gobiernos se ha vuelto cada vez más difícil, pero cada vez más importante”.
El relator llamó a autoridades a liberar a personas detenidas por ejercer su derecho a la libertad de expresión, derogar leyes incompatibles con la libertad de expresión como aquellas que penalizan la difamación, el insulto de las autoridades gubernamentales, que criminalizan la denuncia de ‘noticias falsas’ o propagación de rumores, y que permiten el enjuiciamiento “de quienes denuncian actividades en el marco del terrorismo”.
De manera especial, el relator Kaye llamó a los Estados a “tomar medidas para investigar y procesar a quienes sean responsables de los ataques contra periodistas”, tomando en cuenta que el preocupante incremento de víctimas, en algunos casos de grupos terroristas, “quienes llevan a cabo tales ataques para silenciar a la oposición, laicos o ateos”, y apunta que en muchos casos de amenazas, las fuerzas del orden no protegen de manera efectiva , y cuando se materializan las amenazas, tampoco hay investigaciones ni enjuiciamientos genuinos. De ahí el llamado a “hacer de la rendición de cuentas una prioridad”.
El relator llamo también a los Estados a “resistir a la tentación de ordenar que los sitios web críticos eliminen contenidos o bloquear fuentes de información en línea”, situación que se ha extendido de manera frecuente con “solicitudes de eliminación de contenidos y cierres de espacios informativos”, de manera que “interfieren con la libertad de los medios y niegan a individuos el acceso mundial que es de interés público”.
Kaye insistió en “poner fin a la demonización de los medios críticos”, a la que recurren líderes políticos al describir a comunicadores en términos degradantes, y advierte que “el alza de odio contra los medios de comunicación puede servir a corto plazo a las ambiciones de los poderosos, pero tendrá un impacto perjudicial a largo plazo sobre el derecho a la información y el proceso democrático”. (Fuente: Proceso).
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