Un satélite ruso que orbitaba fuera de control en el espacio finalmente regresó a la Tierra, pero en forma de una gran bola de fuego que se vio en varias zonas al este de Estados Unidos.
El Kosmos-2551 fue un satélite de reconocimiento —algunos también lo catalogaron como un satélite espía— lanzado por Rusia el 9 de septiembre. Sin embargo, al poco tiempo de encontrarse en el aire ocurrió una falla y el aparato nunca pudo ajustar su órbita.
De acuerdo a Jonathan McDowell, astrónomo del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian, el satélite no fue considerado un objeto de peligro al reingresar a la atmósfera, ya que por su masa de 500 kilogramos (1,100 libras) y su tamaño se desintegró por completo antes de caer.
Kosmos-2551 reentered between 0440 and 0510 UTC Oct 20 on a track that passsed over eastern Canada and the US. pic.twitter.com/FYLBSlpqwC
— Jonathan McDowell (@planet4589) October 20, 2021
McDowell también indicó al medio Detroit News que el satélite giraba alrededor de la Tierra unas 17 veces por día y que su velocidad de 27,000 km/h (17,000 mph) se reducía de manera paulatina a medida que entraba en contacto con la atmósfera.
Para el astrónomo, el regreso de un satélite a la Tierra es menos frecuentes de lo que se podría creer y ocurre unas cuantas veces cada año. Sin embargo, no todos caen en el mismo sitio, por lo que resulta un hecho extraño y fascinante para la gente que los ve en el cielo.
Por su parte, la NASA también confirmó lo ocurrido en una publicación en su página de Facebook dedicada a la observación de meteoritos. “El evento no fue causado por un objeto natural, sino que se produjo por la reentrada y fragmentación de un satélite sobre la zona este del país”.
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