Después de que la libra libanesa alcanzara un nuevo mínimo el jueves, alrededor de un 70% menos que su tasa oficial, los manifestantes salieron a las calles después del atardecer, prendiendo fuego neumáticos y bloqueando carreteras, incluso en la capital, Beirut.
Los manifestantes cantaron contra un gobierno que no ha podido detener el declive económico, así como contra el gobernador del banco central, Riad Salame.
El primer ministro Hassan Diab presidió una reunión “urgente” del gabinete, a la que también asistieron el gobernador del banco central y representantes de los cambistas del país, dijo la Agencia Nacional de Noticias.
Se prevé otra reunión del gobierno en el palacio presidencial por la tarde.
Las tensiones han crecido recientemente entre el gobierno apoyado por Hezbollah y el gobernador del banco central. Los expertos dicen que al gabinete le gustaría ver a Salame removido del cargo que ha tenido desde 1993.
Los manifestantes lo acusan de haber fomentado una política de aumento de los préstamos al Estado durante décadas que, según dicen, sólo benefició a la banca y a la elite política del país.
La ira contra los bancos también ha aumentado en los últimos meses, después de que prohibieran todas las transferencias al extranjero y restringieran gradualmente la retirada de dólares, obligando a los necesitados a comprar a tipos mucho más altos en el mercado negro.
Los partidarios de la organización se unieron a las manifestaciones a última hora del jueves, a pesar de que normalmente están en contra del movimiento de protesta desde el 17 de octubre.
El gobierno anterior renunció ante la presión de la calle, a pocas semanas de comenzadas esas manifestaciones, y el gabinete de Diab empezó a trabajar a principios de este año.
Los medios libaneses informaron que el tipo de cambio había alcanzado las 6.000 libras por dólar en el mercado negro el viernes, comparado con la paridad oficial de 1.507 en vigor desde 1997.
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